Capitulo 12: En ruinas.

18 4 0
                                    

Había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevaba encerrada en aquel lugar tenebroso y oscuro que solo me permitía tener un poco de luz de la pequeña ventana con barrotes a dos metros del suelo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevaba encerrada en aquel lugar tenebroso y oscuro que solo me permitía tener un poco de luz de la pequeña ventana con barrotes a dos metros del suelo.
La mazmorra estaba hecha de piedra y podía escuchar como resbalaba pequeñas gotas de agua y chocaban contra el suelo dejando un pequeño charco. Solo había una salida de ahí y era la puerta hecha de barrotes custodiada por guardias.

Estaba sentada en posición fetal protegiendo a mi vientre de cualquier cosa que pudiera  pasar, con los labios resecos a causa de no beber agua hace tiempo y comenzaba a marearme de aquel lugar. Todo ese tiempo estuve intentando realizar hechizos pequeños pero era inutil, no había ni siquiera una chispa que saliera de mis dedos.

¿Qué sucedía? ¿Desde cuando mis padres se habían vuelto tan drásticos? Estaba confundida y asustada, pero no me había esforzado en pedir ayuda pues estaba segura que Kami vendría en mi rescate tal princesa en apuros.

— ¿En verdad eres Ryu? — la voz varonil que vino desde afuera de la puerta se me hizo tan familiar que me paré de golpe mareandome en el movimiento.

Corrí hacia los barrotes tomandolos y poder ver el dueño de aquella voz. Las lágrimas de felicidad cayeron por mi rostro al ver a Galván enfrente de mí.

— ¡Claro que soy yo! — grité desboronandome en el suelo. Galván rapidamente tomó mis manos a través de los barrotes en forma de consuelo.

— Puedo sacarte de aquí pero debo saber que eres tú — la voz relajada de Galván me hizo tranquilizarme y lo miré a los ojos. Pude ver como en ese mismo instante el pudo reconocerme por un solo segundo.

— Perdí mis poderes. Pero hay una cosa que solo y tú sabemos, el arco que me diste con mi nombre tallado sigue escondido debajo de mi cama, si es que no han tocado mis cosas —. Una sonrisa apareció por el rostro de Galván y me apretujó mis manos.

— Me aseguré de que nadie tocara tus cosas — afirmó asintiendo con el rostro. — ¿Pero qué haces acá? Es obvio que no sabes lo que ha ocurrido.

— Solo estuve al tanto de que nadie los atacará, era lo único que me importaba — contesté con desdén.

— ¿Creías que tu madre y tu padre con depresión harían un buen gobierno? Están muertos en vida

— Ni siquiera me reconocieron — y aunque lo dijera seria, me dolía como no tenían idea.

— Están dolidos, era de esperarse.

— Supongo —. Estaba tan triste que estaba actuando con tanto desdén que ni yo misma posía reconocerme.

— ¿Dónde has estado?

— Galván, prometo decirte pero sácame de aquí — contesté con prisa. Galván soltó un fuerte suspiro soltando mis manos con delicadeza.

— Me temo que la puerta está hechizada para que solo tus padres puedan abrirla, al igual que destruirla — dijo desviando mi mirada. Lo mire confundida y desesperada.

— ¿Entonces por qué me has dicho que puedes sacarme de aquí?

— Deberías saberlo —. Pronto el comentario de Galván tuvo sentido para mí, negué con el rostro repetidas veces.

— No he intentado crear desgarros hace años y mucho menos en la misma dimensión. No tengo mis poderes ¿No te lo he dicho ya?

— Solo has intentado que vuelva tu magia del fuego del dragón — afirmó. Claro, era verdad.

Tome un fuerte respiro, desde hace varias horas sentía como si el oxígeno no entrara a mis pulmones y las palpitaciones de mi pecho se hicieran mas lento.

— Vamos Ryu, no tenemos tiempo —. Escuchar a Galván llamarme por mi nombre real me dió un golpe de realidad pues seguía sin creer que todo esto estuviera ocurriendo, reaccione al ver su expresión.

— Dame un momento — dije.  Cerré los ojos levantandome del suelo y retrociendo unos cuantos pasos para la protección de Galván. Me miraba atentamente mientras yo concentraba toda mi energía en mis manos, la sensacion electrificante que recorría todo el largo de mis brazos era algo que no había sentido en tanto tiempo que mis brazos y rostro se pusieron rojos.

De pronto cuando mi cuerpo no soportaba más aquella sensación torturante, se abrió un desgarro delante de mí y otro dando fuera de la celda que me daría mi salida, dejandome sin aliento y con gotas de sudor escurriendo por mi frente, pero con una gran sonrisa.

Había olvidado lo gratificante que era que me saliera bien un truco.

Salí saltando del portal dejandome a un lado de Galván y chasqueando los dedos por una costumbre pasada para cerrar el portal. Galván me dió un abrazo en el mismo instante que salí, fuerte y con reconfortador, tal y como lo recordaba.

— ¿Qué toca hacer ahora? — dije cuando nos separamos del abrazo.

— Por ahora, abrir otro desgarro a la salida del Reino. Tendré que acompañarte pues me acusaran de traición — dijo decidido. Mirandolo con tristeza abrí una vez más un desgarro que llevaba al único lugar que se me vino a la mente primero pues se escuchaban los pasos apresurados de los guardias del Reino.

Entramos corriendo en el desgarro y cerré este después de nosotros; si aquello no era prueba de que era Ryu, no sabía que era lo que esperaban que hiciera.

Estabamos justo delante del pueblo al que alguna vez me llevo Grimm, tan desertico y fantasmal como en mis recuerdos, ahora mi vestimenta encajaba completamente con el lugar en donde estaba.

— ¿Dónde estamos? — la  voz de Galván interrumpió mis recuerdos.

— La primera vez que salí del Reino Grimm me trajó aquí, a... Luchar con algunas personas — solte un suspiro pesado.

— Todher ¿Cierto?

— Ultimamente Todher esta metido en todo. 

El ambiente me hacia marearme, aunque a estas alturas ya no sabía si era la presión de volver a todo aquello que me atormentaba o mi embarazo. Regresar a las andadas me tenía muy nerviosa.

— ¿Alguna idea de por qué no tengo mis poderes? — pregunté y Galván hizo un guiño extraño.

— Creo tener una idea.

Entre Llamas | Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora