I remember you

Until the end

Tom y Emma dormían tranquilamente cuando alguien abrió la puerta de su habitación. Era una niña con el pelo rubio y unos preciosos bucles, que caían enredados por su espalda. Tenía los ojos azules y profundos como el mar y la piel blanca como la nieve. Entró tímidamente y se tiró sobre ellos, abrazándolos. Detrás de ella gateaba un bebé con los ojos grandes y marrones. Emma se levantó y fue a cogerlo en brazos mientras Tom besaba a su hija.
-¡Papi!- Dijo mientras saltaba sobre la cama.
Después de estar un rato juntos en la sala todos salieron de allí dispuestos a preparar el desayuno. El día pasó muy rápido y se divirtieron mucho, eran una gran familia.

Ya habían pasado los años desde aquel precioso día. Eileen investigaba detenidamente por la habitación de sus padres. Amaba descubrir nuevos objetos que ellos guardaban recelosamente en su habitación y guardarlos en un pequeño cofre que tenía. A sus 13 años aún seguía siendo muy curiosa y no podía evitar buscar en todas partes de la casa algo interesante. Mientras miraba por la mesita de noche de su madre se encontró un collar que ya era muy antiguo, en el cual se podía leer en una letra que parecía estar escrita con pluma "Tom". Corriendo fue a ver a Emma, que tomaba una taza de café en el salón.
-¿Qué quieres cariño?- Le preguntó su madre.
-Mamá, he encontrado esto en tu cuarto ¿Qué es?- Le cuestionó su hija.
-Cuando éramos pequeños le regalé a tu padre un collar como este con mi nombre, y este que tienes en la mano es la segunda parte, donde pone su nombre- Explicó Emma.
-¿Puedes enseñarme el collar de papá?- Le pidió la chica.
-De acuerdo- Le concedió su madre.
Después de estar un rato buscándolo lo encontraron y se lo mostró a su hija. Emma lo posó sobre sus respectivas mesillas, sacando aquel objeto tan valioso del olvido. En la noche, cuando ya se iban a dormir Tom se dio cuenta de que los collares se encontraban allí y no pudo evitar volver a recordar, pero esta vez eran recuerdos felices y preciosos.
-¡Los has encontrado!- Exclamó él, entusiasmado.
-Los a encontrado Eileen, le encanta curiosear- Dijo Emma.
Tom se levantó de la cama y se puso su collar, más tarde fue a buscar el de su mujer y se lo guardó en un puño, aferrándolo fuertemente.
Emma apagó la luz y antes de que ella se durmiese Tom se lo puso.
-Te amo- Le dijo ella.
-Yo mucho más- Contestó él.
-Buenas noches- Dijo cariñosamente Emma.
Tom la abrazó cálidamente y le besó en la mejilla. Ella le cogió la mano fuertemente y se adentró en el mundo de los sueños, con él, con su verdadero amor, Tom.

El tiempo había pasado muy rápido y ellos se seguían amando y guardaban los recuerdos, los besos y las caricias. Porque ya no había ningún obstáculo en su camino, porque podían seguir avanzando. Juntos.