La Segunda Ley

Locura

Estos agridulces recuerdos no puedo sacarlos de mi mente y hace que alguna clase de locura comenzara a evolucionar, tragándome por completo. Yo intento dejarlas ir pero es imposible, los maltratos que recibí en esta vida me hicieron la persona que soy hoy y ahora finalmente veía la luz: Me he dado cuenta lo que significan.

-¿Es esto amor de verdad o es la locura la que nos mantiene a flote? Necesito saberlo porque cuando miro hacia atrás a las peleas locas que hemos tenido, es como si la locura tomara el control.-Me preguntó Christian mientras se volvía a vestir, yo decidí quedarme debajo de las sábanas por un rato más.

-Un poco de ambas, me he dado cuenta de lo que necesitas y te lo he dado.-Él me dio una sonrisa de medio lado cuando se colocaba la camisa.

-Bien, porque finalmente veo el final y no estoy esperando a que te importe. –Se sentó a mi lado.- Necesito tu amor.-Me besó.

Después de quince minutos, Christian volvía a vestirse y yo reía con ese hecho.

-Vamos, vístete que tienes que ir a la Estación del Pánico.-Rodé los ojos y él sonrió.

-Eres un cabeza dura.-Me levanté y comencé a buscar mi ropa para darme una ducha.

-Lo sé, no puedo equivocarme. Nuestro amor es locura nena y tú vienes a mí como si estuviera soñando.-Terminé de recoger mis cosas y entré al baño.

Me quité la peluca y los lentes de contacto, guardándolos en sus respectivos cartuchos. Mientras me bañaba, pensé en Nightshade y en cómo todo era diferente cuando estaba con él que cuando estoy con Christian pero la diferencia era que la sombra nocturna me había abandonado en medio de una misión. Nightshade y Christian son mis locuras de los dos bandos y algún día descubrirán lo tóxica que soy en ambos lados. Esto no es por ellos, es por mi entretenimiento.