Estado Líquido

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Toda esta guerra civil era como andar de paseo: Nos estaban rompiendo desde adentro y robándonos los que nos quedaba por dentro, la esperanza y la inmoralidad ha muerto por dentro y nos ha dejado una cicatriz. Nos pusimos en alerta roja cuando conseguimos el nuevo escondite de La Segunda Ley y nos preparamos para atacar.

Queríamos paz y lavar toda la suciedad que había provocado, girar todo y ayudar a dispersar el polvo para caminar hacia la luz. Drew y yo hablamos de lo nuestro, quedando de acuerdo que no podíamos ignorar nuestros sentimientos a pesar de la cruda verdad, que calentaría mi corazón por las noches y me sostendría la cabeza en alto para ayudarme a sobrevivir, a recuperar la verdad en mí.

Nuestras armas se desplegaron y el fuego inició. Las patadas bajas eran como alimentarse del veneno, nos llenaban hasta ahogarnos y nos despertaban antes de ser empujados para caer en la oscuridad. El control se había perdido mientras nuestras almas se perdían en la sangre, los disparos aterrorizaban a todos y eran grandes oportunidades de descuido para aquellos que se preocupaban por sus compañeros.

De repente, nuestro comodín de la victoria se activó: Drew activó su habilidad especial, asustando a ambos lados y distrayéndolos para atacar con más sangre. La sombra nocturna era mil veces más fuerte de lo que alguna vez ha sido: Le arrancaba los brazos y corazones a los enemigos como si fueran de algodón. Christian me tomó por sorpresa de forma sigilosa cuando me amenazó con un cuchillo para que lo siguiera.

En cuanto bajó la guardia, lo pateé por atrás e hice que soltara el cuchillo, lo agarré rápidamente y con mi pistola lo apunté.

-Piensas que puedes salirte con la tuya, ¿no es así? Tú fuiste la que provocó todo esto, ¿no recuerdas?-Él se estaba arrastrando en el suelo para tumbarme y le disparé la mano. Su grito de dolor trajo la atención del ex Psicópata, lo cual era cómico porque estábamos muy lejos del centro de la pelea.

-¿Dónde están mis recuerdos?-Le pregunté y el chico de ojos negros me quitó el cuchillo para agacharse a lado de Christian, colocándolo en el cuello.

-Responde.-Su voz oscura me asustaba más ahorita que cuando descubrió lo que habían hecho con él.

-Naciste de un experimento, nosotros te instalamos esos recuerdos para que odiaras a la humanidad, para que odiaras tener sentimientos y que solo me pertenecieras a mí. Aún no sé cómo lograste escapar de esos controles.

-Porque soy una desertora.-Le di la mirada para que lo matara y eso hizo.

-Bien, ahora debemos volverle el calor al país antes de que todos agonicemos.-Asentí y fuimos con Fuss, quién se encontraba intentando hackear el sistema.

La Segunda LeyWhere stories live. Discover now