1 - Peligro.

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Narra Katniss

Se escucharon cuatro explosiones.

Paso por última vez los dedos por mi cabello, retirándome del espejo donde mi padre ajusta su corbata para echar un vistazo por la ventana. Miro al cielo. Nada.

-¿Crees que ya hayan empezado a encender los cohetes? Las fiestas están cerca –le digo a mi padre al tiempo en que recorro la cortina a su lugar y regreso al espejo.

-A juzgar por lo acabamos de oír, es lo más seguro. Aunque es un poco temprano para la inauguración, me parece que normalmente es hasta el anochecer –responde, poniéndose su saco del traje.

¿Y por qué nos estamos arreglando? Pues es que hoy es el día en el que le darán su título de abogada a Johanna, mi hermana mayor. Todos en casa estamos emocionados, cuidando cada detalle para este día tan importante que al fin llegó. 

Mi familia es grande: Y es que somos cuatro hijas de uno de los matrimonios más preciosos que hayan existido. Longevo, puro. Yo, junto a Johanna, Annie y Prim, siempre hemos estado orgullosas de nuestros padres y de cada una de nosotras.

Ellos, mi familia, son todo para mí.

Miro a mi padre a través del espejo. Le sonrío y me sonríe de vuelta.

-Te ves hermosa, cariño –me dice, tomándome brevemente de la barbilla- Ve a buscar a tus hermanas, ya casi es hora de irnos.

Salgo de la habitación de mis padres y después voy a buscar a mis hermanas. Toco la puerta del cuarto de Johanna, quien me da paso unos segundos después. 

-¿Lista? –le pregunto, entusiasmada. Su alegría se refleja perfectamente en su rostro.

-Más que lista –responde, reluciente.

-Perfecto –le digo- Anda, vamos por mi madre, Annie y Prim.

-Oh, ellas salieron hace un rato, Katniss –dice- Fueron “¡Por una sorpresa!”. Es todo lo que sé.

Asiento.

En ese momento, padre abre la puerta de su habitación.

-¿Y su madre y hermanas? –pregunta él, dirigiéndose a nosotras- Oh, cierto –dice, recordando algo- ¿No han regresado? Salieron hace ya un rato.

-Aún no –contesta Johanna.

Me acerco a mi padre y le enderezo el moño de su camisa, el cual estaba ligeramente más hacia un lado. Es en el momento en que me mira agradecido, cuando escuchamos las sirenas de una ambulancia cerca de nuestra puerta. Veo cómo cambia su expresión a una de confusión.

-Algún estúpido se habrá quemado con un cohete –suelta Johanna, fastidiada.

-Ya es tarde para irnos y no han regresado –dice mi padre, mirando su reloj y frunciendo el ceño- Sé a dónde fueron. Ustedes suban al auto mientras voy por ellas ¿Sí? Estaremos rápido de vuelta.

Salimos de casa y, antes de poder hacer nada, vemos que fuera de nuestra puerta hay personas reunidas en un círculo y una ambulancia con las luces encendidas.

Miro a Johanna.

-Tenías razón, alguien se quemó.

Pero los rostros de la gente arremolinada me dice que tengo que ir a ver qué pasó. Y, al parecer, mi padre y Johanna tienen la misma idea.

Cuando nos acercamos, nos queda claro que lo que escuchamos, no habían sido unos cohetes.

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Tres meses después.

Narra Peeta.

He escuchado que la voz juega un papel importante cuando te enamoras.

Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora