¿Cómo describir lo que siento?
Mi cuerpo se tensa ,lo siento tras de mi, tan potente tan fuerte, esa energía que recorre mi cuerpo cada vez que esta Cerca, me gusta
Quisiera voltearme y ver ese rostro por primera vez, Pero esta prohibido, El señ...
¡ANSIAS! Mi quierida señorita, ansiedad de tocarla, de besarla, de desbordar toda esta pasión que me embarga por usted, se acerca el momento, y lo espero con ansias.
V.J
— Gracias por ayudarme, señor Jakov
— No se preocupé, sus cosas fueron enviadas a una de mis bodegas, mientras puede quedarse aquí el tiempo que deseé
— Eso es muy amable, pero no quiero incomodarlo mas de lo que ya lo he echo
— Le he dicho que usted no es una molestia señorita Smith, es todo un placer ayudarle
— Lamento haberlo despertado
El sonido de un estruendoso Trueno se hizo escuchar, di un respingo hacia atrás, pero al hacerlo tropecé contra el cuerpo masculino de mi jefe, el me sujetó pegandome a su cuerpo, instintivamente cerré mis ojos mientras mis manos yacían pegadas a su cintura estrecha, su piel era calida, podía sentirla a través de la fina tela de su camisa
— Lo siento, no me gustan lo truenos
Le oí suspirar de manera pesada, para luego sentir como su corazón empezó a latir de manera rápida, No se movía, sólo estaba así, con su rostro clavado en mi cuello aspirando mi aroma, eso hacía que mi bello se erizara
— Una sola palabra tuya y me mandas, al cielo o infierno
— Quiero llevarlo al cielo
Se separó un poco de mi, mientras que permanecía con los ojos cerrados, pude sentir sus dedos rozando mi labio inferior, era inútil, quiero todo con mi jefe misterioso
— No tiene ni idea de cuanto he esperado escuchar eso, mi amada señorita Smith
Su boca se juntó con la mía nuestros labios y lenguas danzaban a unísono, sus labio encajaban a la perfección con los mios, sus manos viajaron hasta mi cintura, pegandome mas contra su cuerpo, el beso se comenzó a tornar más voraz, era como si tuviésemos hambre el uno del otro, y no me quiero conformar con sólo un poco, quiero todo hasta él postre, y al parecer mi jefe también, con un rápido y ágil movimiento de mano, me subió en la isla de la enorme cocina haciendo que varias ollas tintinaran cuando las aparto, sin dejar de basarnos se posicionó entre mis piernas , mientras yo las enrroscaba en su espalda baja, nos separamos un poco por falta de aire
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— Oh Dios...estoy besando a mi jefe
Le oí soltar una pequeña risa
— Y se siente tan bien
— Lo mismo pienso Bianca
Volvió a besarme pero ahora con más suavidad, llevándonos a ambos a un éxtasis de pasión y lujuria, presione más mis caderas con su ya muy notable erección, realmente estaba duro, y yo muy mojada, móvi de nuevo mis caderas y pude escucharlo gemir
