Seduciendo a la Oscuridad

Eventos inesperados

EL PASADO, el pasado, mi amada señorita Smith, es como una caja  de Pandora, que cuando es abierta, desata el mal que esta guardado en el interior, y que es capaz de lastimar a aquello que queremos.. lo siento pequeña, siento que hayas conocido mi mierda

V.J

Entre a la habitación y como de costumbre todo se encontraba en penumbra, solo una pequeña lámpara de mesa muy alejada de la enorme cama, me permitía ver un poco por dónde me dirijo, con la ayuda de mis manos toque el borde de la cama y me senté en ella, Vladimir  comenzó a susurrar cosas sin sentido, me acerqué más para tratar de entenderle

— Vladimir..

No atendió  a mi llamado,  estaba soñando, y no era  algo agradable, los susurro comenzaron a subir de tono, pero inentendibles  para mí,  creo que es ruso

— Vladimir, despierta

Nada sucedió, así que con cuidado de no tocar las zonas prohibidas, llegué hasta su frente, esta se encontraba sudorosa y muy caliente, el no esta soñando, delira por la fiebre, intente volver a despertarlo, pero fue  un grave error, su cuerpo se abalanzó contra mi con violencia, puso sus manos en mi cuello y comenzó a apretar, no podía respirar, con mis manos traté de que se detuviera, clave mis uñas en la piel de sus antebrazos, pero nada parecía detenerlo

— No le haras daño, no... primero te mato ... Muere maldito

Aplico más fuerza en mi cuello, ya casi no entraba aire en mis pulmones, pateleba luchando para liberarme, pero no tenía fuerzas suficientes para luchar contra el

— No dejare que la toques, nunca más

— Vla...

Ya no respiraba, lágrimas salían de  mis ojos sin control, voy a morir, ese pensamiento cruzo rápidamente por mi mente, pero cuando creí que en realidad sucedería, Antón entró a la habitación y apartó a Vladimir, de un sólo golpe haciendo que éste cayera al otro lado de la cama con un estruendo, mientras yo me  permití respirar,  al llenar mis pulmones de nuevo con aire, comencé toser como loca casi imperventilando, Antón se  acercó preocupado por mi

— Se encuentra bien, venga siéntese

Me ayudó a sentarme, mientras su mano acariciaba mi espalda tratando de calmarme, de pronto la mano de Antón fue remplazada por unos fuertes brazos y un cuerpo caliente, que me apretó contra sí

— Lo siento....lo siento  tanto cielo mío, perdoname no quise lastimarte

Sus brazos me apresaban a su cuerpo, mientras besaba mi cabeza con ternura

— Estoy ...bien..

Respondí muy bajito pues mi garganta Escocia y dolía mucho, pero Vladimir tenía fiebre y necesita medicamentos

— Vladimir, estoy...bien tú debes tomar una ducha para que la fiebre te baje por favor

— Señor ella tiene razón, venga conmigo

— No me dejes

Le oí decir muy suavemente

— No lo haré, ve por favor

Me soltó  lentamente, mientras que sólo estaba sentada, me encontraba en shock aún por todo lo sucedido.....

Había terminado de cenar cuando Antón  hizo presencia en la estancia

— ¿ Como esta el?

— Dormido, lo hará esta mañana le he inyectado algo para su malestar