CAPÍTULO 10: Preguntas y respuestas.

42 3 1
                                    

"Muchas veces las respuestas están detrás de tus miedos, evadelos(miedos) y serás feliz"

-¿Kimna?¿estas bien? soy yo, Hanna--
-Kimna ¿me escucha?. Interrumpió el Doc bastante preocupado.-Si me escucha apreté mi mano, por favor. El Doc reaccionó ante la acción de Kimna a su mano, llamó a Malua e indicó traerle algunas cosas del kit de Emergencias.
-Vas a estar mejor, eh, Kimna. Que formas de saludar tiene el pastor ¿verdad? Kimna gestuo una sonrisa mientras trataba de moverse por su cuenta.
No pude evitar sentirme preocupada por el oficial, sólo pensar que algo le hubiese pasado sería algo terrible para todos, sólo contábamos con pocos oficiales en esta lejana comunidad, y aunque necesitaban de su presencia en la oficina pública de seguridad, al escuchar nuestro caso se ofreció sin preámbulo, fue un acto valiente de su parte; me arrodille frente a Él, ya recostado en el tronco de un árbol y le sonreí llevando mi mano a su hombro.
-Estoy feliz de que estés bien, amigo.
-Gracias. Decía con dolor.
-Necesito un poco de espacio Hanna.
-Claro, Doc. Disculpe.

***
-Por ahora, es mejor movilizarse a la tribu. Dijo Íker. -Temprano por la mañana saldremos hacia allá, y ya ahí aclararemos un poco nuestras incertidumbres.
Nos movimos después de aquellas palabras a nuestros lugares a tratar de dormir, cerca de mi estaba el pastor ya alimentándose y recuperando el aliento, me acerqué un poco más y lo observé, notó mi presencia.
-Haz envejecido, Hanna. Sonrió débilmente mordiendo un trozo de pan.-Confío de que todo este tiempo haya estado bien.
-Pastor. Me avergüenza. No estoy vieja aún, ¿cómo puede decirlo? Bocifere.
-Bueno, pero veo que estas bien y eso trae paz a mi corazón, ¿la tribu?-
-La tribu Pastor, no estamos al frente de ella ahora, sólo es temporal, mientras encontramos el origen de todo.
-Muy bien, Hija y ¿qué hay de ti? ¿eres feliz?
-¿Feliz?, Feliz es una palabra muy pequeña en comparación de todo lo que he vivido siendo misionera. Jugué con mi mirada. -No me hace falta nada, Pastor, de verás, soy más que feliz y usted, verle de nuevo me hace sentir plena, pues compruebo que Dios sigue siendo fiel.
-Yo lo se, Hija, El es fiel. Alguien se acercó detrás de nosotros y se sentó frente.
-Hola, Pastor, Mucho gusto. Mi nombre es Diego Navarro.
-Mucho gusto. Expresó contestando su mano.
- Dios me bendice con conocerlo, me han platicado mucho de usted.
-¿de veras?
-Si, por supuesto. Hanna e Íker me han contado mucho sobre usted y tenía curiosidad--
-Por lo sucedido, Diego. Te pido perdón.
- De ninguna manera Pastor. Sonrió mirándome. -Le aseguró que tenía más miedo de Hanna, que de usted mi estimado.
-¿Que dices?, jajajaja ¿escuchaste Hanna?. Lo mire con advertencia pero sólo conseguí, una mueca que me robó el enojo.
-Y, ¿a que se debió el miedo, amado?
-A perderla. Ambos miramos. - tenía un terror enorme que usted le lastimara, y yo con mis manos atadas sin poderla ayudar, no lo me lo hubiera perdonado.
-ya veo.
- Y siendo así, pensé....no tendría a quien hacerle la vida difícil. Terminó diciendo con una risa burlona. No pude contener mis latidos y mi cara empezó a delatarme, ¿qué me estaba pasando? Mi corazón latía como nunca mientras traté de calmar mis pensamientos, no se que sucedía.
-¿Estas bien, hija?
-Si. Dije con apuro.
Me levanté rápidamente evitando mirar a toda costa a Diego, mientras sentia su mirada sobre mi siguiendome, reflexione palabra por palabra dicha por este individuo, me incorpore a mi saco de dormir y volví mi mirada al otro lado con el propósito de no verlos; mi mente no ayudaba, traía constantemente la imagen de sus ojos claros a mi memoria y la forma de su sonrisa, era inevitable no sentirse nerviosa, golpee levemente mi cabeza y traté de centrarme..."Eres misionera, El no. Eres misionera, el no. ¡¡ERES MISIONERA, EL NO!! . El se va ir pronto, no puedes, no puedes Hanna, no puedes". La noche avanzó y mi sensación "extrana" no se detuvo, el silencio de todo menos de la noche no me permitía dormir o eso creía, me levanté y tomé mi lámpara, camine unos pasos lo más silenciosamente posible y percibí el riachuelo alumbrado con un poco de la luz que emanaba la fogata algo débil. Traté de respirar.
-No cambias Hanna, ¿te pasa algo?
-Ah, ¿Pastor? ¿qué hace despierto? Debería descansar.
- ahhhh pareces a mi Madre, estoy bien. Gestuo con su puño. - Pero, Cuéntame, ¿qué te preocupa?
-¿A mi?, no, nada Pas.
-No pareces segura de lo que dices, mmm, bueno que debería decirte, te conozco.
-Si, lo sé.
-¿Recuerdas a Enrique? A ¡¡Enriiii!!. Se carcajeo levemente.
-Pastor, que cosas dice. No me recuerde eso por favor.
-Pues aún te veo sentada en aquel asiento del centro misionero con 17 años, a las 12:00 PM mirando hacia la neblina emanada de la montaña.
-Pastor...
-Si, si. Te veías confusa, algo prematura para asuntos del amor, me mirabas sin decirme nada y luego me explicastes tus motivos.
-Mis motivos
-"No le gustan los lugares que sueño con servir a Dios, no anhela lo que anhelo con pasión para mi servicio, me abrazó Pastor e intentó besarme, pero no puedo sentir esto, Pastor
-¿lo besastes?
-No, Pastor, no."
-Me sorprende su memoria.
- Recuerdo lo que me edifica, hija.
- ya veo.
-Esa misma mirada la veo ahora, ya no eres una niña de 17 años sino ya una adulta en proceso, entiendo tú situación, no piensas igual que años atrás y se que limitas mucho de ti para que nada de desenfoque, pero...
-¿pero?
-Pero, muchas veces, Hanna, nuestra preocupación se podría convertir en perjuicio, evitandonos el disfrute de ser humano y experimentar miles de sensaciones preciosas, como el amor.
-¿Amor?. Dije escandalizada.
-Si, amor. Dios no imagina caminos, El los crea, los cruza y les traza destino, así es El.
-Pastor Josué, creo que ha malinterpre--
-Ese joven, Diego. ¿crees que esta aquí porque no tenia más que hacer?
- lo creo.
-No, Hija. Dios le trajo aquí, con propósito, no conozco los pensamientos de mi Señor, pero de algo estoy seguro que tanto tu como el llegaron aquí buscado respuestas a muchas preguntas.
-Si, es mi caso.
-Y Dios les trajo a responderles personalmente.
-Pero, no entiendo.
-¿Que quieres entender?
-Todo, Pastor.
-¿Que todo? Te gusta esa es la verdad.
-No pero, no puedo.
-¿No puedes?
-Si, no puedo. No me explicó.
-¿Que no te explicas?
-¿Cómo puedo enamorarme de alguien como el?
-¿porque?
-Es distinto.
-¿Distinto?
-Si, por lo que veo, bueno ha cambiado un poco conmigo pero puedo mirar que esta pasión no la comparte y ¿entonces? ¿cómo?
-Pero esta aquí.
-¿y que tiene que ver?
-Que ya está sobre el propósito.
-¿sobre el propósito?
-Si, mi princesa. Ya Dios respondió a tus preguntas al llegar aquí, ahora le toca a El. En este momento no se trata de ti sino de Dios con El, Dios le trajo aquí para dejarle ver lo vacío que esta y lo que es verdadero.
-Creo que entiendo. Pero ¿cómo sabe eso de el?
-Lo siento en mi corazón, y platique con él ¿no recuerdas?
-Si, claro.
-Si. Pero tu-
-¿Yo que?
-No tengas miedo. Muchas veces el miedo desvia nuestra mirada a la felicidad.
-Pastor...
-¿Tienes paz?
-Si, la tengo.
-¿Cuando lo miras?
-Si, mucha.
-Ahí está tu respuesta, no es cuestion de la decisión de tus emociones si no la razón que Dios escribio en tu corazón, su Paz. Dijo añadiendo "Dios nunca te dará paz en un camino equivocado, su paz es su clara señal si estas haciendo algo bien o mal" .

***

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:7

Amor DivinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora