Capítulo 11. Reencuentros (editado)

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SAKURA POV'S

Son las ocho de la mañana cuando mis ojos parpadean y se adaptan a la luz del sol que se cuela entre las cortinas de la habitación. Recuerdo perfectamente todas y cada una de las caricias que nos dimos ayer a la noche. Sonrío como una tonta. El hombre más bello del mundo sigue durmiendo al otro lado de la cama, se encuentra boca abajo, con el pelo alborotado y algunos mechones cayendo por su hermoso rostro, sereno a estas horas. Vuelvo a cerrar los ojos y me acurruco de nuevo junto a él mientras vuelvo a rememorar una y otra vez en mi cabeza la mejor noche de mi vida. Después de ello puedo afirmar, confirmas y reafirmar que he cometido el mejor error de mi vida al enamorarme de Sasuke.

Sonrío y deposito un suave beso en su mejilla para luego susurrarle al oído un leve "te quiero" que dudo que haya escuchado. Continúo mi camino de besos por su espalda mientras noto como se remueve, señal de que se está despertando. Regreso hasta su rostro sin dejar de besarlo hasta llegar a sus labios y profundizar el beso mientras entrelazamos nuestras lenguas lentamente.

-¡Guau! Creo que tenemos que venir aquí más a menudo. Me gusta despertar así – son las primeras palabras del día que salen de sus labios. Acaricia mi rostro y deposito otro beso, esta vez más corto, sobre su boca.

-Buenos días – sonrío y él me dedica otro buenos días y mostrando esa sonrisa suya poco común donde deja ver su perfecta dentadura.

-¿Te parece si desayunamos? – propone mientras hace amago de levantarse, pero yo lo vuelvo a tirar sobre el acolchonado colocándome a horcajadas sobre él.

-Me parece, pero primero quiero un aperitivo.

Sonríe de manera sexy y en un solo movimiento hace que cambiemos de posición. Me dejo envolver entre sus brazos, besos y caricias y volvemos a repetir la noche anterior.

Con lo poco de comida que había en la casa logro hacer un desayuno medio decente: zumo de naranja, torrijas, mermelada y ahora me encuentro acabando de hacer unas pocas tortitas aprovechando la harina que había encontrado revolviendo entre los mueble; aprovechando el tiempo mientras Sasuke se daba una ducha.

Sus manos me envuelven por la cintura mientras yo termino de sacar la última tortita del fuego.

-¡Qué bien huele eso! – susurra en mi oído y muerde el lóbulo de mi oreja suavemente. – Creo que te acabaré raptando para que me prepares esto todos los días – termina la frase mientras toma asiento en la mesa y yo lo sigo.

- No sería un secuestro porque yo no opondría resistencia – contesto.

Disfrutamos del desayuno comentando cosas cotidianas y Sasuke haciendo lo de siempre, hacer que sonría por cualquier tontería.

-Estaba delicioso, de verdad Sakura – pronuncia mientras acaba de beberse el zumo

-Antes cuando vivía con mis padres solía hacer este tipo de desayunos los días que no tenía clase. Pero bueno el tiempo pasa – respondo mostrando la sonrisa más falsa de mi vida. Él se da cuenta pero no dice nada al respecto.

Entre los dos recogemos los platos y limpiamos los restos del desayuno para luego marcharnos de nuevo a la vida real.

Antes de subirme a la moto vuelvo a mirar a la casa de campo con mirada algo nostálgica. Daría lo que fuera por quedarme allí toda la vida, alejada de todos los problemas que implica vivir en la vida real. Las pocas horas que pasé aquí fueron de las mejores de mis últimos tiempos, y sobre todo porque era Sasuke quien me había traído aquí y era con él con el que me gustaría quedarme aquí para siempre.

De vuelta pasamos primero por mi casa. Retiro el casco de mi cabeza al tiempo que Sasuke. Nos quedamos un tiempo sin decir nada. Reímos a la par como dos tontos.

Eres algo más que mi drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora