Capítulo 4. Te vuelvo a ver

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Comenzaba de nuevo, comenzaba una nueva etapa en su vida, y decididamente no estaba dispuesta a que la lastimaran otra vez. Se había decidido que no se permitiría confiar tan rápidamente en un hombre, y de hecho permanecía firme en su decisión, aunque ella misma admitiría que aquella noche con Sasuke en su apartamento, sentimientos que poco conocía, brotaban en su interior, y que por poco provocan algo de lo que seguramente ahora se estaría avergonzada. Por lo menos no pasó de verdad, pensó para sí Sakura, pero tener a Sasuke tan cerca y notarlo con tanta ternura hacia ella, provocó en su ser, unas ganas enormes de besarlo. Cierto fue que su yo interno la detuvo con esas palabras que alguna vez retumban en nuestra cabeza en tales situaciones: "no puedes hacerlo, sois amigos, recuerda". Y cierto era, que ella no quería perderlo como amigo, después de lo que le había costado que el pelinegro fuera abierto con ella. 

Eran las diez y media de la mañana, Ino la estaría esperando furiosas por llegar tarde, aunque en realidad sabía perfectamente que el enfado le duraría poco a la peli rubia.  

Su gran amiga, esperaba sentada con impaciencia en la terraza del Staps, una cafetería de moda entre los jóvenes y no tan jóvenes, y famosa por sus napolitanas incluidas en el café del desayuno. Ino ya se había comido la suya, mientras refunfuñaba entre dientes lo mucho que odiaba que Sakura llegara tarde a sus quedadas, y sobre todo cuando hacía tanto tiempo que no se veían y que la peli rosa no se había molestado ni cinco minutos, para llamarla y decirle que llevaba en la ciudad cuatro días. Aunque estaba preparando un arduo discurso de reprimenda contra la oji jade, fue divisar una cabellera a lo lejos, cuando saltó de un golpe de la silla y se abalanzó fuertemente hacia la peli rosa, que se veía estrujada por los forzudos brazos de su amiga. 

-¡Creía que ya no vendrías! Odio esa costumbre tuya de llegar tarde... - le reprochó la peli rubia, aunque al final de su demanda, solo pudo sonreír por la alegría de tener de vuelta a su mejor amiga. 

-Lo siento, me quedé dormida y perdí la noción del tiempo. Pero lo importante es que ya estoy aquí - y tras eso le dio otro pequeño abrazo para luego sentarse en la mesa y tomarse un café mientras se ponían al día. 

Contaba con no volver a pisar el Soho Pub en mucho tiempo, pero no pudo ceder ante los ruegos de Ino, así que lo único que deseó es que aquella noche por lo menos, no tuviera que ver a Sasori. 

Según los criterios de su amiga, un vestido negro ajustado y bastante corto, acompañado de unos altos tacones negros de plataforma, era la vestimenta perfecta para aquella noche. Aunque para la peli rosa solo fuera una forma de dar el cante, prefirió hacerle caso a su amiga. 

Habían quedado en verse con Hinata e Ino allí, pero prefirió retrasarse un poco para no llegar allí, y en el caso de encontrarse con Sasori, no encontrar ningún apoyo por la tardanza de ellas. 

Pasaban de las once de la noche cuando llegó, el ambiente era calmado todavía, aun se escuchaban las últimas bachatas de la noche para luego dar paso a la música electrónica hasta las tantas de la madrugada. En cierto modo Sakura odiaba ese tipo de música, ya que ciertamente no es más que melodía creada a partir de un ordenador y que ella no le inspiraba nada, pero para una noche en la que no tenía nada especial que celebrar salvo el volver a encontrarse con sus amigas, el tipo de música que sonara, poco importaba. 

Se alegró de que Tayuya estuviera esa noche de camarera, así tendría con quien hablar toda la noche mientras sus amigas se desmelenaban en la pista. Pidió un chupito de sake, que le costó bastante tiempo tragar. Aunque ya había pasado bastante tiempo desde que no pisaba ese lugar, todavía sentía presente todo lo que había vivido a partir de aquel día en el que Sasuke fue su único apoyo.  

Una figura vestida con una camisa blanca y un pantalón rasgado vaquero se sentó a su lado. Sabía perfectamente quien era. 

-No esperaba que vinieras - comentó Sakura 

-Yo tampoco - contestó Sasuke, algo que Sakura no entendió muy bien si iva por él o por ella misma. Aunque Sasuke se lo aclaró rápidamente - Pensé que todavía no te dignarías a pasar por aquí... 

-Ino insistió, y yo pues... Tampoco quería quedarme en casa... Además no puedo evitar este pub toda mi vida... - pronunció bajando la vista 

-Brindemos por ello - contestó Sasuke mientras hacía el gesto para que brindaran, el porqué, eso ya cada uno lo definiría a su gusto. 

Lamentablemente la noche no iba a pintar buena, los malos presagios de encontrarse con Sasori esa noche aumentaban cuando vio aparecer a Itachi acompañado con otros chicos de la banda. Aunque en un principio no vió al peli rojo, esta no bajó la guadia. 

-¡Sakura! ¡Cuánto tiempo sin verte! - corrió hacia ella el hermano mayor de Sasuke. 

-Hola Itachi... - saludó con una leve sonrisa 

-¿Qué tal todo? - Itachi seguía tan cariñoso con ella como siempre. 

-Bien, bien... 

-Itachi, eh... -Sasuke iba a preguntar por Sasori, sabía perfectamente que la peli rosa no quería verlo, y eso fue algo que su hermano entendió al instante, pero cuando quiso dirigirse a la peli rosa para advertirla de la presencia del peli rojo ya era tarde, la oji jade ya lo había visto. 

No solo ella lo había visto, sino que él también se había percatado de su presencia. Y se aproximaba a ella con prisa. 

-Sakura... - pronunció Sasuke al ver la situación, pero no pudo reaccionar cuando se veía arrastrado hasta el medio de la pista por la peli rosa. - ¿Pero no eras tú la que no bailaba? 

-Sígueme la corriente por favor - le rogó la peli rosa, mientras se movían al ritmo de "Summer" de Calvin Harris. 

Sakura bailaba alocadamente, como nunca lo había hecho, aunque cualquiera juraría que era bailarian profesional, hasta el mismo Sasuke, que sinceramente se había quedado alucinando. 

Sakura observaba como Sasori la miraba con aire de reprobación, a lo que ella misma sonreía para su interior. Quería hacerlo sentir mal, aunque solo fuera por un momento. Observó que el peli rojo intentaba abrirse paso por la pista para detener aquello, pero la peli rosa, conscientemente de ello, propició una escena que no dejó a nadie indiferente, y es que a ella tampoco, ya que por impulso se había acercado sensualmente a su amigo azabache y dulce pero apasionadamente, lo estaba besando como nunca había besado a nadie.

Eres algo más que mi drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora