Capítulo 2. Es un "hasta luego".

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Más de un mes habían pasado de largo tras aquel fatídico día para Sakura. Los primeros días contiguos, en lo único en lo que había pensado era en que su vida era, disculpando la expresión, era una "mierda". Cuántas veces la habría engañado, o si alguna vez la había tomado en serio, eran preguntas que se habían propuesto a amargarle la existencia, que le carcomían la cabeza noche y día, que la mantenían en contante insomnio durante toda la noche y la mayor parte del día. Aunque el tiempo parecía que ayudaba a olvidar, todavía estaba muy presente todo aquello. 

Ella estaba tumbada en la cama, sonaba "The Beatles".  No pensaba en nada. Solo disfrutaba de la noche. Entonces vibro su móvil. Otro WhatsApp. Era él... 

"Naruto ha vuelto a pillar indigestión por exceso de ramen" - adjuntando una foto, a lo que Sakura no pudo evitar reírse. Llegó otro mensaje. - "No es la mejor imagen para dormir, pero sé que te ha sacado una sonrisa" - ¿Cómo lo sabía? Bueno a decir verdad, no se podía esperar otra reacción. Decidió contestarle. 

"Creo que te espera una gran noche, disfruta de la compañía" - al poco rato recibió un mensaje de buenas noches que pronto ella devolvió. 

Suena su despertador cada mañana. Un día más. Se mira en el espejo con esos pelos de loca que tiene recién levantada. Todavía lleva el pijama. Se dispone a preparar el desayuno, y mientras calienta la leche en el microondas y conecta la tostadora, alguien llama a su puerta. No espera a nadie. Desea con todas sus fuerzas que no sea él. Sabe que no podrá ser fuerte ante su presencia. Pero por desgracia la suerte no está de su parte. Es una visita corta, él solo se limita a pronunciar "vengo a recoger mis cosas" y al salir del apartamento pronuncia un simple "lo siento" que lo único que provoca es que tras cerrar la puerta, Sakura no pueda aguantar sus ganas de llorar. No pasan cinco minutos, cuando vuelve a sonar el timbre. Sakura piensa muy detenidamente en no abrir. Está muy segura de que es él. Vuelve a sonar el timbre, pero ella no cede. Solo un "¿Sakura?" la saca de su engaño.  

Es Sasuke.  

Inmediatamente abre la puerta, deja que el azabache entre y al momento se abalanza entre llantos a sus brazos.  

Los llantos habían cesado. Sakura se había calmado y ahora se encontraba preparando un café. Sasuke la observaba desde un taburete. Había analizado al milímetro el cuerpo de la peli rosa. Era un cuerpo menudo, pero no se veía mal. Satisfactoriamente, le había encantado físicamente. Aunque inmediatamente se arrepintió de lo que estaba pensando. No estaba bien. Ellos eran amigos. Realmente había conseguido confiar en una mujer. No quería estropearlo simplemente porque físicamente la atrajera. Sacudió la cabeza. Tenía que sacarse eses pensamientos de su mente. En aquel momento, Sakura le servía un café caliente e iniciaba con él una conversación que no iba a olvidar jamás. 

Había pasado mucho tiempo. Tres o cuatro años. Todavía recordaba la vez en la que ella le dijo que se iba. Al principio se lo tomó a broma, que solo lo decía por que estaba dolida. Aunque apenas sin darse cuenta, él estaba en la estación despidiéndose de ella. Se acordaba de cada detalle de aquel momento. 

Anochecía, eran sobre las siete de la tarde, se aproximaba el tren. Pronto los separaría una puerta, y una distancia. Y extrañamente, Sasuke no deseaba eso. Deseaba con todas sus fuerzas que Sakura rectificara en su engaño y se quedara. Quería que se quedara con él. Pero evidentemente no lograría hacerla cambiar de opinión. El tren había llegado. En menos de cinco minutos Sakura tendría que entrar en el vagón. Cuando se soltó del abrazo del azabache  para voltearse e ir al tren, este rodeó con sus manos, el pálido rostro de la peli rosa. No lo pensó dos veces. Se aproximó a ella lentamente hasta que sus labios se juntaron. Fue una sensación extraña para ambos. Aunque para nada insatisfactoria. En aquel momento Sakura deseaba quedarse allí para siempre, y Sasuke todavía no se había dado cuenta de lo que había hecho, aunque no se arrepentía. Verdaderamente no creía que besarla a ella lo haría sentir tan bien. Pronto el contactó fue desapareciendo. El tren desapareció y con él, la única mujer que había conseguido que el azabache se descontrolara de aquella manera. 

Habían acordado que aquel momento sería solo un "hasta luego". Verdaderamente, Sasuke ansiaba con todas sus fuerzas que volviera pronto. Pero tras tanto tiempo sin noticias de ella, aun no sabía por qué no se había comunicado con él, todas sus ilusiones se habían desvanecido.  

Otra noche en el Pub. Tocaba una banda prácticamente desconocida. Como siempre, en el rincón de la barra, Sasuke yacía sentado mientras bebía una botella de sake. Naruto lo había invitado a ir a la pista junto a Hinata e Ino. Pero básicamente su respuesta era no.  

Terminó la botella, y ya no le quedaba para pagarse otra. Cuando iba levantarse, el camarero se acercó con otra botella. 

-La invitación es de parte de aquella señorita- pronunció mientras le señalaba al azabache, quien era la mujer que le había invitado. La joven se levantó y atravesó el pub hasta llegar junto a él.  

-Te invito con la condición de que me dejes hacerte compañía - pronunció la joven con una gran sonrisa. Se quitó las gafas de sol. Sus ojos esmeralda brillaban aun más que la última vez. La sorpresa fue tal, que el corazón del azabache dio un vuelco, y aunque deseaba con todas sus fuerzas abrazarla  y besarla, se limitó a sonreír y pronunciar levemente su nombre. 

-Sakura

Eres algo más que mi drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora