Miré a ambos lados de la carretera y comencé a cruzar calmadamente, por una vez en la vida no llegaba tarde. Escarbé en el bolsillo de mi gabardina hasta encontrar la moneda que estaba buscando. A partir de ese instante, todo pasó muy rápido. Escuché el ruido que causaban los neumáticos de un vehículo a toda velocidad contra el asfalto. Giré la cabeza para ver de que se trataba, el coche se aproximaba a mí a una velocidad mayor a la normal. Me quedé paralizada en medio de la carretera, con los ojos abiertos como platos mirando al conductor que cada vez se acercaba más y más. Y aunque esto suene muy a película, vi mi vida pasar ante mis ojos. Era mi fin, ahí terminaría todo. Cerré los ojos del miedo.
Lo siguiente que recuerdo fue un golpe, todo mi cuerpo cayó sobre el asfalto. Abrí los ojos poco a poco, había alguien encima mío, veía borroso. Conforme mis ojos fueron enfocando pude saber quien me había salvado, Sergio.
-¡¿Pero a ti qué te pasa?! ¡¿Estás loca?!- gritó. Acto seguido se levantó y sacudió su ropa. Yo me incorporé y le miré esperando que me ayudara a levantarme. Me agarró del brazo con fuerza y me puso de pie. Unió su frente con la mía mientras me miraba con cara de pocos amigos. Su mano cada vez me apretaba más fuerte.
-La próxima vez ten cuidado. - espetó. Se giró y se dirigió a la parada de autobús, que estaba a unos pocos pasos de donde yo me encontraba. Yo caminaba detrás suya con la cabeza gacha. Me senté a su lado.
-Sergio...- dije en voz baja. Él me miró de reojo, sin prestarme mucha atención. -Gracias.- finalicé. Él soltó un suspiro tenso y miró al frente.
Durante el trayecto en autobús intenté mantenerme alejada de él, sabía que aunque hubiera hecho eso por mí, no le caía muy bien.
Miré en mi carpeta para ver que clase me tocaba a primera hora. Lengua, ''oh genial'' pensé irónicamente en mi cabeza. Me encantaba la literatura, pero desde luego no si las clases las daba Doña Mercedes.
Nada más poner un pie en la clase, María, que ya se podría considerar mi mejor amiga, saltó encima mía y me agarró de los hombros.
-¡Tía, tía, tía! ¡No te lo vas a creer!- gritó muy ilusionada.
-Sorpréndeme.-
-Tengo dos entradas para la fiesta de esta noche, y tú vas a venir conmigo.-
-Pfff... Tengo que cosas que hacer y-
-Y nada.- me interrumpió. -Era una afirmación, no una pregunta. Y no se hable más.- Finalizó.
En clase me entretuve pensando que podría ponerme para la fiesta, ¿estaría Sergio allí? Me sentía incómoda en su presencia. Creo que hasta él se dio cuenta cuando, al ver que íbamos juntos a matemáticas me senté todo lo lejos de él que pude.
Estaba nerviosa. Y ya no sólo por Sergio, si no también por Izan. Por como me trataba, había empezado a pensar que le gustaba, y yo no sabía si estaba preparada para tener algo con él después de todo...
Aunque, por muchas suposiciones que hiciera, no tenía ni idea de lo que iba a pasar aquella noche...
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Barbie no siempre fue perfecta
Teen FictionRuth, una joven de apenas 17 años, decide volver a la ciudad de su infancia y enfrentarse a su pasado y a la gente que tanto daño la había hecho. ¿Se acordaran de ella? Especial agradecimiento a @VicLoo por esta portada tan bonita ¡Gracias! :D