Capítulo 1 ♥

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Podría contaros con pelos y señales cada segundo de aquel día, ese día que no quería que llegara jamás, el día en el que todos mis problemas resurgirían. O al menos eso era lo que mi estúpido y superpesimista cerebro quería que pensara.

El despertador me hizo salir de la cama a las 6:30. Yo misma lo había configurado así la noche anterior, necesitaba estar despejada antes de llegar al instituto. Bajé de mi casa y caminé unos minutos hasta llegar a Zocodover (que, para los que no seáis de aquí o no conozcáis Toledo, es la plaza principal de esta ciudad).

Entré en la primera y única cafetería que mis ojos verdosos pudieron ver entre la niebla. Era coqueta y estaba vacía, lo cual me encantaba, nunca había soportado los lugares abarrotados, prefería sin ninguna duda los pequeños rincones. Apreciaba el ambiente antiguo y silencioso de aquel lugar. Rápidamente un chico de pelo rubio y ojos claros me sonrió.

-Buenos días- dije sentándome en un taburete al lado de la barra - Me pones un café solo con hielo, por favor-

-¿De verdad?- me miró extrañado. -La verdad es que lo que menos pensé que desayunaría una chica guapa es un café solo.-

-Exacto, yo no estoy en la categoría de chicas guapas.- reí.

-Bueno, eso es discutible...- sonrió.

-Sea como sea... Eso me gusta- dijo mirándome directamente a los ojos mientras colocaba mi café sobre un plato.

Me quedé un poco cortada, bajé la mirada y me coloqué el pelo detrás de la oreja.

-Bonita mochila- continuó hablando él - ¿A que instituto vas?-

-Al San Andrés, voy a hacer 2º de Bachillerato- contesté.

-¡Yo también! Aunque he de reconocer que no me suena tu cara- rió tímidamente.

-No te preocupes, es normal, soy nueva- me negaba a decirle que ya había estado allí antes, eso era pasado y nadie más debía saberlo.

-Yo voy ahora para allá, tengo la moto ahí fuera, vente conmigo- sonrió dulcemente.

-No, tranquilo, iba a coger el autobús - dije, aunque prefiriera ir en moto. Me gustaba mucho montar en moto, solía montar con mi tío cuando era pequeña, pero mi madre nunca me dejó sacarme el carné.

-Anda tonta, vente, que no me cuesta nada llevarte- dijo quitándose el delantal y poniéndose un sencillo gorro negro. 

-Bueno... Vale... Cóbrame- dije terminándome mi café.

-Te invito yo, no te preocupes- susurró posicionándose en frente de mí. Me hizo un gesto con la cabeza para que saliéramos a la calle. Una vez fuera señaló una moto de color negro y me entregó un casco de color blanco. Él subió primero, yo me senté detrás sin acercarme demasiado, metió la llave. Pero antes de arrancar me agarró de las manos empujándome a abrazarme a él.

-No quiero que te caigas- dijo riéndose.

Apoyé mi cabeza en su espalda. Él arrancó en dirección al instituto. Era un viaje bastante largo pero, supongo que por los nervios de estar abrazada a un chico que acababa de conocer, se me pasó volando.


Barbie no siempre fue perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora