Capítulo 4 ♥

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¿Debería decírselo? Y en ese caso, ¿cómo? Porque no creo que llegar y soltarle ''¿Pues sabes qué? Hace un par de años me pegabas al salir de clases, y por eso te odio'' sea lo más apropiado. ¿Y si no se lo digo y se entera? ¿Me volvería a odiar?

-Vamos Ruth, que quiero sacar una chocolatina de la maquina expendedora- la cálida voz de María me sacó de mis pensamientos.

-Voy a guardar los libros en la taquilla y luego al baño- dije y salí hacia el pasillo. Un momento, se suponía que yo era nueva, ¿cómo iba a saber la nueva ir a su taquilla y al baño? Dí media vuelta y me encontré de frente con María.

-María... Creo que no sé donde está el baño- reí falsamente.

-Ah, ya me extrañaba que fueras sola- rió- Ven, esta aquí cerca- dijo señalando la puerta que tenía una figura femenina dibujada.

Pasamos el recreo juntas, sentadas en un banco al lado del campo de fútbol, viendo como los chicos jugaban. Bueno, mejor dicho, viendo como Izan jugaba. ¿Pero que me estaba pasando? ¿Por qué me fijaba tanto en mi pesadilla, en el chico por el que estoy rota por dentro? Y no solo por dentro, aunque no lo haya mencionado, tengo una cicatriz, una cicatriz en la espalda. Me empujó contra una verja con pinchos, y me tuvieron que dar más de 30 puntos. Recorre mi espalda de arriba abajo y es una de las razones principales por la que me niego rotundamente a que nadie me vea en bikini. Es tan horrible y nauseabunda que si la gente la viera se quedarían horrorizados.

A la salida Izan me estaba esperando apoyado en el marco de la puerta, cuando me acerqué me cedió su casco blanco.

-Izan, no hace falta que me lleves si no quieres- dije.

-Vale, pero es que quiero- contestó.

Subí en su moto, agarrándole por la espalda y de nuevo apoyando mi cabeza. 

-¿Donde te dejo?- dijo cuando nos acercábamos a Zocodover.

-Gira aquí a la derecha- dije - Esta es, para- continué cuando vi el número 14 de mi portal. 

-Hasta mañana- gritó haciendo un gesto con su mano mientras se alejaba calle abajo.

Al subir a mi habitación fui a ver mi horario para colocar mi cartera.

-Biología, Matemáticas, Inglés, Lengua castellana y Filosofía- repetía una y otra vez en voz alta, para no olvidar nada el primer día.

Cuando estaba colocando mis libros y cuadernos encontré una pequeña nota escrita a mano,  decía: ''Te espero mañana en el café a la misma hora. Fdo: Izan''. Me fijé en su caligrafía, bastante redondeada y grande, era bonita. Me gustó encontrarme esa nota. Me parecía un gesto dulce por su parte.


Barbie no siempre fue perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora