La Flor de la Muerte

Un Sueño

Al entrar a mi habitación, cerré la puerta con todas mis fuerzas, haciendo que el ruido se escuchara en toda la casa, aunque eso me importaba un comino. Creo que la ira hizo que mi razonamiento se nublara. Ante la frustración me deje caer en mi cama mirando fijamente el techo, perdida en mis pensamientos negativos del viaje que tendríamos en 2 dias, sin olvidar también que hoy es mi cumpleaños, que con la noticia lo volvió más amargo mi día. Pero sin darme cuanta me dormí, aun perdida en los terribles pensamientos.

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Me sentí en un lugar lleno de soledad, de oscuridad..., abro mis ojos para ver qué me estaba dando esa sensación de soledad oscurida pero no logre ver nada era como estar en un agujero negro. No me gustaba estar en ese lugar, quería escapar de aquella pesadilla, sentía que si no hacia algo, iba a enloquecer, que iba a caer en un agujero sin fondo, absorbida por aquella soledad..., hasta que vi una pequeña y debíl luz, me aferre a aquella luz y empezé a acercarme a ella, que poco a poco se hacia más grande. Depués pude ver un bosque lleno de arboles que parecían tener ¿Vida?. Al mirar el cielo empezaron a caer gotas de agua que mojaron mi rostro, y al ver nuevamente el bosque, noté que este, no se si será mi imaginación, pero el bosque parecía estar llorando, que la lluvia era como un amargo sentimiento, mezclando la tristeza con el arrepentimiento de algo, donde tubo que pasar aquel bosque solisoleda. Confundida me miré, tenía un vestido negro con diamantes rojos de decoración en todo el vestido que era hermoso, y tenía unos tacos negros charol.

Empezé a caminar por el bosque, donde no podía ver bien gracias a la lluvia, pero en el trayecto miré un enorme árbol que estaba en las profundidades de aquel bosque, donde noté que de él brotaban incontables partículas de color verde agua, parecidas a rastros de ¡¿Magia?!, vaya creo que me estoy volviendo loca. Ese árbol tenía un color oscuro como la noche, sus hojas eran blancas como las estrellas, las raices brillaban debajo de la tierra como si fueran una fuente de energía, el caer de las gotas de lluvia eran como melodías melancólicas, y el viento era como una voz aguda parecida a la de una mujer que transmitia una soledad que el bosque quería mostrar, pero al mismo tiempo se podía notar, aunque casi inexistente para ese bosque, un toque de alegría.

Por primera vez sentí una paz, una tranquilidad en todo mi ser, en toda mi vida de hecho, por supuesto desde que tengo memoria, además pude sentir que en mi rostro se dibujó una sonrisa, mientras que las lagrimas empiezaron a caer sobre mis mejillas, sin que las pueda controlar a voluntad. Asombrada ante mi sensible actitud, empoezo a reírme, aunque sea loco, por lo patética que me siento, por la situación en la que estoy, sin poder saber el porqué estoy en ese lugar.

Luego escucho un sonido que provenía de aquel enorme árbol, me acerque y apoye mi oído en su grueso tronco. Pude escuchar que palpitaba, entonces me dí cuenta, que tenía un corazón, pero algo me decía que era puro, que ningúna maldad o contaminación de algún tipo existía en él.

- Alexa... - empiezo a escuchar una voz - Alexa... - creo que es la voz de mi madre. Pero en ese instante aparece una fuerza donde de la nada me jala de mis pies, me agarro del suelo enterrando mis manos en la suave tierra pero fácilmente se deslizan ya que esta hecho lodo por la lluvia. Miro al árbol asusta, como queriendo buscar su auxilio, pero este se empieza a alejarse de mi, volviendo a la oscuridad en que un comienzo me encontraba. Mi alma rogaba a gritos desde lo mas profundo de mi interior, de que alguien me ayude a salir de esa oscuridad, pero al final aquella fuerza desconocida gana y me jala a su interior, tengo miedo, siento que voy a morir...

- ¡No quiero morir! - abro mis ojos asuatada, saltando de mi cama y caigo al piso, a los pies de mi madre que se encontraba mirándome asombrada.

- ¡Alexa, hija! - dice mi madre preocupada, por lo que me caí de mi cama, y empieza a preguntarme - ¡¿Estas bien?! ¿No te duele nada?.