El Enemigo de mi Enemigo es mi Amigo

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El lugar estaba hecho un desastre, las personas sin hacer nada..., solo disfrutando y pensando que el espectáculo ya había comenzado..., lo único que se podía escuchar en todo el lugar eran los encuentros que tenían cada una de las armas..., dos almas con diferentes sentimientos encontrados... .Una con deseos de venganza..., mientras que la otra con deseos de perdón..., pero las cosas no son tan fáciles como uno desea.

~~~Alexa~~~

- Alexa..., ¡Escúchame por favor!..., ¡Tengo una explicación! - al oír su voz y ver cómo mi nombre salía de sus repugnantes labios que alguna vez los besé y amé, solo hizo que la llama se encendiera con más intensidad... .

"Querido Dylan..., no coloques más leña al fuego..., que te puede consumir hasta que dejes de existir".

- ¡CÁLLATE! - lo apunté con la daga y con solo mirar su rostro, me daba náuseas - ¡NO TIENES NINGÚN DERECHO A SACAR MI NOMBRE DE TU PODRIDA BOCA! - sin esperar una respuesta, le ataque con más fuerza.

A pesar de que el muy maldito saco sus asquerosas alas blancas, dignas de ser el hijo del jefe de este odioso clan, puedo mantenerme a su nivel de combate..., pero no creo que soporte por más tiempo..., tengo heridas causadas por su ridícula lanza que debe tener algo como veneno, ya que no están sanando como debe ser..., solo necesito poder y fuerza para acabarlo..., aunque él tampoco está bien, le hice muchas heridas profundas con mis dagas..., es maravilloso ver como se desangra..., como cae lentamente su suculenta sangre... .

- ¡Alexa!, te lo ruego..., detente, no quiero hacerte daño... - soltó unas lágrimas que parecían sinceras pero... .

- ¡¿Hacerme daño?! - dije con ironía y me puse a reír, ¡Es el colmo! - ¡Tú eres el que más daño me hizo!, y lleva tus lágrimas de cocodrilo a otro lado, que yo no las necesito - siento una opresión en el pecho, pero lo dejo pasar. Solo me voy a concentrar en hacer sufrir al demonio que tengo enfrente mio.

- Lo siento..., pero todo..., absolutamente todo tiene una razón... - ¡¿Razón?!, que se vaya al infierno.

- ¡¿QUE NO ENTIENDES?!, ¡NO HAY NINGUNA RAZÓN!, ¡Todo está claro, porqué te vi y los ojos no mienten, sobretodo los míos! - mis ojos se llenaron de lágrimas, pero eran lágrimas de pura decepción, dirigidas a la persona que alguna vez le confíe mi amor..., un amor que podías decir que era uno sincero..., uno que debías valorarlo..., pero éste la destruyó.

- ¡NO!, ¡No es lo que piensas, no es lo que parece! - ¿Me cree idiota?, no pienso creerle, no después de lo que me hizo.

- ¡NO SOY TONTA, DYLAN!, ¡ME ABANDONASTE!, ¡No hay más que decir, ese es el hecho y nadie puede cambiarlo! - necesito poder, quiero matarlo, quiero hacerlo pagar por todo lo que he sufrido.

- Mi amor..., solo escúchame... - no deje que hable más, ya que le dí un golpe en la cabeza que lo dejó aturdido unos segundo, el cual aproveche para tirarlo al suelo, subirme encima de él, pisar sus alas hasta fracturarlas y oír un grito de dolor..., que es música para mis oídos..., después lo agarro del cuello para mirarle con todo el odio que acumule en estos largos y amargos años..., solo para poder ver este hermoso momento.

- Cierra tu nauseabunda boca y no me llames así..., perdiste ese derecho cuando me abandonaste..., cuando me dejaste tirada como un perro en ese horrible lugar..., a pesar de mis súplicas..., además no tengo el deber de escucharte, todo está más claro que el agua misma... .En este instante tú no me conoces, porqué esa chica a la que una vez conociste ya no existe, se esfumó, ya no está en este mundo..., ahora la persona que tienes delante, es solo alguien que nació del dolor, la desesperación, la angustia y de la mentira que se creó para poder confiar en la persona que alguna vez amó..., pero aún así, ella lo sabía..., por lo que esa ira y decepción que no pudo soportar, hicieron a la persona que solo exige una cosa..., ¿Sabes cuál es? - le pregunté y negó con la cabeza, así que lentamente me acerqué a su oído, sonreí y le dije en un susurro...

La Flor de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora