IV

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Después de la primera salida al cine, siguieron otras. Finalmente quedaron en ir a una disco con buen ambiente que llevaba un amigo de Daniel. El volumen de la música les obligaba a gritar para poder escucharse el uno al otro, mientras tomaban algo en una de las mesas.

-Trabajo aquí algunos fines de semana.

-¿En la barra?

-No, pinchando discos.

-No te creo.

-Ven el próximo sábado y lo comprobarás. Soy muy bueno.

-De acuerdo. ¿Cuándo aprendiste a pinchar discos?

-Hace años, me enseñó un gringo con el que estuve viviendo un tiempo.

-¿Un novio?

-Un follamigo para ser exactos. La pasamos bien hasta que regresó a su país. A veces viene de gira, se dedica a esto como profesional.

A Josemari no le hizo gracia enterarse de aquello. Casi se arrepentía de haber preguntado. Daniel se dio cuenta y disfrutó verlo celoso. Después cambió el tema para evitar que se arruinara la noche.

-¿Qué música te gusta?

-La electrónica no mucho.

-¡No digas eso! Es mi favorita.

-Supongo que es falta de costumbre. Soy más de bandas como AFI, Thirty Seconds to Mars y últimamente Imagine Dragons.

-Lo tendré en cuenta.

-Por cierto, mi canción favorita es Silver and Cold de AFI.



-Te describe bien. A veces eres frío como una cuchilla.

-¿De dónde viene eso?

-Cada vez que insinúo algo, me evades. Al menos sigues aceptando mis invitaciones, por lo que deduzco que no es porque te molesta estar conmigo.

-Claro que no. La paso muy bien contigo. Me gustaría que fuéramos amigos.

-No, Josemari, me gustas mucho. La friend zone no es para ti ni para mí -se acercó poco a poco con intención de besarlo. El otro se echó para atrás-. No huyas -le regañó-. Estás deseando este beso igual que yo.

-Pero...

-Sin peros. Me gustas y sé que te gusto. Lo demás no importa.

El joven se quedó esperando el beso. Cuando sintió el roce de aquellos labios, tenues corrientes eléctricas se desataron por todo su cuerpo. Daniel se apartó lentamente y lo miró triunfante.

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