Qué asquerosas las despedidas, que injusto el adiós de vez en cuando. Despedirte de algo duele, ya sea de algún lugar o de algo material,porque cuando hablamos de las personas, duele, duele ahí, justamente en el alma. Sientes como un pequeño e intenso pinchazo en elcorazón, que te hace ser consciente poco a poco de que todo lo que compartías con esa persona, lo has perdido.Las despedidas son para siempre, y nunca, por mucho que te empeñes volverá a ser lo mismo, ni con esa persona en una segundaoportunidad, ni con otra que intente igualarla. Y esto también que guasa, qué costumbre la de muchas personas de intentar ser igualesque la anterior, vaya fallo, en vez de ser tú y únicamente tú, fallando en otras cosas y perfeccionando en otras. Tan tú, que puedeshacer a una persona feliz sin tener que ser la estampa repetida de la persona anterior de la que en su día se despidió, y sí, se despidiópara siempre. Porque las despedidas marcan un antes y un después, y es que a veces, las despedidas no tienen remedio, como cuando unser querido fallece, pero otras... otras hemos podido evitarlas miles de veces, pero siempre cedemos y cogemos la salida más fácil.
Cortoy cambio.
Hola y adiós.
Hasta nunca y quizás.
Las cosas se rompen, y por mucho pegamento que echemos, siempre falta cualquier trocito o cualquier lasca, que ya hace que cambietodo. Siempre eso que ya nunca termina de encajar. Por eso mi maldita costumbre de congelar momentos e instantes con todo el mundo en cualquier parte. Por eso mi insistencia endisfrutar cada minuto, porque nada es para siempre por mucho que digan, porque la muerte también separa y aunque los recuerdospermanezcan, nunca nada volverá a ser igual.
¡Qué no, que nada es lo mismo!
Que toca volver a echar de menos, que toca volver a recordar a todas horas eso que tanto echabas demás, eso que tan poco valorabas y que ahora darías todo por volver a tenerlo aunque fuesen unos minutos...
Injusto. Injustas las despedidas. Y muy putas. Muy cerdas. Llenas de orgullo, de hipocresía, de palabras atravesadas en la garganta,de bocas mudas que estallan a modo de lágrimas en los ojos cuando estamos solos...
Despedidas llenas de impotencia, de rabia, dehastío, de rencor, de dolor, porque despedirse de alguien duele, duele ahí, en el alma... alma que nos conectaba con esa persona. Alma queno supimos valorar. Despedidas llenas de celebraciones que se convierten a las semanas en bajones. Llenas de palabras escritas que nunca tuviste lasnarices de decir, de recuerdos guardados en esa cajita, de recuerdos imborrables, de arrepentimientos, de culpabilidad, de preguntas sinrespuestas, de dudas, de certezas...
Despedidas llenas de abrazos que duran una eternidad, de besos que deberían de durar toda la vida, y siempre sabe a poco, pero sondespedidas. Un hasta nunca, o quizás, hasta siempre. Despedidas de manos que están a punto de soltarse, pero que ojalá las cosas hubiesen sido de otra manera. Malditas despedidas. Malditas palabras que siempre callamos por miedo. Y así salimos perdiendo, así tuvimos que despedirnos.
Pero, mientras los corazones sigan latiendo, las personas podrán seguir despidiéndose, pero los recuerdos... a los recuerdos jamás podrásdecirle adiós.
Hablando de despedidas, "si cuesta olvidar a quien te hizo daño, imagínate lo que cuesta olvidar a quien te hizo feliz".
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Autofotos [blog] {frases y reflexiones}
Diversos"Nada es eterno. El café se enfría, el humo se va, el tiempo pasa y la gente cambia."