10 de junio.
Hoy sería el primer partido de Francia en la Eurocopa.
Los dos días que llevaba en Francia los había pasado conociendo a los demás futbolistas que completaban el equipo.
Todos me habían caído bien, unos mejor que otros, claro.
Pero había uno en concreto que me agradaba más que los demás, tengo su cara rondando por mi mente pero por desgracia no recuerdo su nombre.
Habíamos viajado hasta París esta mañana y ahora, me encuentro sentada en uno de los asientos del estadio Saint-Denis.
Estaba nerviosa.
Griezmann había insistido en que llevara una camiseta con su nombre y número a la espalda y después de repetírmelo mil veces acepté.
Me dijo que en la grada en la que estaba sentada se sentarían las novias o esposas de los demás futbolistas y que estuviera preparada porque me bombardearan a preguntas.
Sonreí recordando como imitó a algunas chicas.
Estos dos días he hablando bastante con Antoine e incluso me pidió que lo ayudara a tranquilizarse, sin perversidades, claro.
Eso fue anoche y, para que se olvidara un poco de esos nervios, intentamos jugar al ajedrez.
Y digo intentamos porque no lo conseguimos debido a que las muecas que hacía me resultaban muy graciosas y no podía dejar de reír, contagiándose con mi risa.
Definitivamente me lo pasaba en grande cuando estábamos juntos.
- Eh... ¿Eres la nueva novia de Griezmann? - preguntó una mujer con el cabello rubio.
- No - dije rápidamente - soy una amiga
- Ya veo... - dijo burlona - yo soy Ludivine, la esposa de Dimitri Payet - se presentó.
- ¡Oh, si! Lo conocí ayer. Encantada Ludivine, yo soy Destiny
Ella sonrió.
- Sabes, creo que nos llevaremos bien - me dijo sentándose a mi lado.
En estos momentos agradecía a mi madre que me hubiera obligado a ir a tantas clases de francés que creí que no servirían de nada.
- Bueno, Destiny... - llamó mi atención - no eres de aquí, ¿verdad?
- No, soy española - respondí y ella asintió.
- Me gusta España - dijo volviendo a mirar al campo.
Poco a poco el estadio se llenó a reventar.
A nuestro lado llegó una chica morena casi corriendo.
- ¡No me mates por llegar tarde, Ludi! - gritó y ella rió.
- ¿Dónde está Noa? - preguntó Ludivine.
- Se quedó en casa con Anna Rose, ya sabes que tu hijo adora a mi pequeña. - le respondió mientras intentaba normalizar su respiración.
Su mirada fue dirigida a mí y sonrió.
- Tú debes ser la nueva novia de Anto - dijo algo ¿contenta?
- Eh, no - respondí - somos amigos
Ella fingió entristecerse y sonrió.
- Soy Marine, la esposa de Hugo Lloris - dijo orgullosa de su marido.
- Yo Destiny - respondí sonriéndole.
Ella imitó mi gesto.
- Te sienta bien esa camiseta de Griezmann - me dijo alagándome.
Yo no supe que decir. Nunca alguien famoso me había dicho algo así. Exceptuando a Anto que dijo que con su camiseta puesta llegaba a ser un poco menos fea.
- Oye, Destiny - me llamó Ludivine
La miré y ella miró a Marine. ¿Qué tramaban?
- ¿Si..?
- Cuéntanos de ti
- Pues tengo 22 años, vivo en Madrid, he terminado una carrera universitaria de ingeniería aérea, soy del sur de España y no sé que más decir, no tengo una vida muy interesante - expliqué y ellas asintieron.
- ¿Cómo conociste a Anto? - preguntó ahora Marine y yo reí al recordarlo.
- Yo intentaba salir de un estacionamiento de un supermercado y él golpeó mi coche con el suyo - dije divertida - aunque debo decir que desde muchos años atrás es mi ídolo y ahora mira- dije señalando la camiseta.
- ¿Cuánto tiempo hace de eso? - ahora la pregunta era de Ludivine.
- Te sorprenderás pero... ni una semana. - respondí y ellas abrieron los ojos de par en par.
- ¿Y él te ha traído aquí? - preguntó la rubia de nuevo. Asentí y ellas sonrieron.
- Pues es extraño, desde que rompió con Erika no confía mucho en las mujeres - dijo ahora la morena y Ludivine le dio la razón.
Seguimos hablando un rato más de Antoine y luego ellas me contaron de sus vidas. Las dos estaban casadas y felizmente enamoradas. Ludivine tenía dos hijos que se llamaban Noa y Milan, quienes tenían 6 y 2 años. Marine por su parte tenía dos hijas, Anna Rose de 5 años y Giuliana de 2.
También me contaron de la hija de Griezmann, se llamaba Mia, dato que yo ya sabía. También me contaron que Erika, después de la ruptura con él, lo amenazó con quitarle a Mia de su lado y que todavía puede que lo haga.
Entonces recordé las palabras de Antoine al bajar del coche.
Todavía lo estaba haciendo.
Las chicas me avisaron de que los jugadores empezaban a salir al campo después de la ceremonia de inauguración.
Miré a todos pero me fijé en la concentración de Griezmann.
Miraba al césped pensativo pero luego sus ojos se fijaron en los míos y sonrió discretamente.
Le devolví la sonrisa.
Y de nuevo tenía dos miradas puestas en mi y con sonrisas traviesas en sus caras.
- No-somos-nada - repetí y las dos chicas se lamentaron.
Las tres reímos y de nuevo fijé mi vista en el francés de ojos azules.
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Whims of fate. | Antoine Griezmann.
ФанфикSi le hubieran dicho a Destiny Mauri que en un pequeño accidente de coche conocería al chico de sus sueños posiblemente se hubiera reido en su cara. Pero, ¿qué pasa cuando esto ocurre realmente?.