Mi música, para recordar

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Me gusta ponerme mis cascos. De hecho, (casi) nunca salgo de casa sin ellos, son mis fieles compañeros.

Me gusta ponerme los cascos y escuchar Pereza para volver a mis raíces, a mis orígenes, a aquellas noches en familia de navidad, con su griterío y alboroto recordados con extraña nostalgia. Y la bodeguilla de mi tío, con sus Rolling Stones y todos esos discos llenos de curiosidad y poesía.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar EMINEM para acordarme de mis mejores amigos, de mis inicios, de muchas cosas en cadena que empezaron a pasar. Para recordarnos imperfectos, imparables, ansiosos de vida para comernos un gran por venir, chicos.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Juanito Makandé, para que me levante las penas, me cure (temporalmente) las "herías", me saque a bailar la rumba de su cante y, también, cómo no, para acordarme de mi hermano, con esa línea tan flamenca que ambos poseen.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Sabina para inspirarme, para escribir, para involucrarme, para que me parta con su voz rota y su garganta seca y, cómo no, para acordarme de mi madre.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar cualquier canción que me recuerde a la soledad en la que sobrevivo, ponerme "Wake Me Up When September Ends" y sentir que soy BJ, intentar escribirte mil versos que acabo tachando y poder sentirte más cerca, papá.

Me gusta ponerme los cascos y escuchar The Beatles para acordarme de ti, para echarte de menos y, al rato, echarte de más a ti y a tus vaivenes de ciudad.
M

e gusta ponerme los cascos y escuchar Keane para acordarme de la persona que me ha ayudado a seguir hacia adelante, de quién me ha dado el tirón, la ilusión, las ganas y la motivación. Enormemente agradecido, B.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Sharif para que hurgue en la herida, para que me enseñe a coger el dolor y disfrutarlo en verso.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Leiva para comprobar que aquí seguimos, dándolo todo, haciendo Rock'n'Roll.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Andrés Calamaro para entenderle sin saber cómo ni porqué, sentir sus "puñales clavados por la espalda" y ver que todos nos ponemos viejos.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Ed Sheeran para acordarme de mi mejor amiga y de sus infinitos (oportunos e incansables) consejos.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar Imagine Dragons para acordarme de mi vecina más curiosa y su ingenio sin igual.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar IZAL para sentir admiración por personas tan (directa o indirectamente) cercanas y soñar con sus sueños ya hechos realidad.
Me gusta ponerme los cascos y escuchar mis grabaciones, comprobar de dónde viene mi estilo, saber si una guitarra suena a Leiva y la letra es muy Calamaro.
Me gusta ponerme los cascos y enfadarme porque no soy ni la mitad de bueno que mis maestros escribiendo canciones y delirios.

Me gusta ponerme los cascos y simular situaciones o, simplemente, alimentarme del recuerdo que permanece y que logro rescatar, me gusta recordar. Me gusta con el sonido bien alto, me gusta escuchar. Y también, contar.

Mes a líneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora