Al alba

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La noche comenzó, tú reposabas en mi cama, desnuda, sexy. Querías que te hiciera el amor y el amor nos hizo prometernos el mundo. Yo te bajé del cielo la luna hasta mi cama, y lo hicimos una vez por cada día de la semana. El alba rozaba la ventana, y tus caricias en mi espalda relucían frenesí con sangre entre las sábanas. Apoya la cabeza que te acaricio las mejillas, duerme, yo hoy espanto tus peores pesadillas. Pero decidiste abrazarme y acariciarme los labios, refugiada en mi clavícula derecha, clavando en mí tus feroces ojos, haciendo real toda esta letra.

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