8

5 2 0
                                    


Las chicas de mi clase hablaban a susurros entre ellas y me lanzaban miraditas extrañas. Jamás me incluían en sus conversaciones. Pero Dylan me hacía sentir bien. No me miraba raro cuando prefería ir a pasar tiempo con él en vez de charlar con las chicas. Tampoco me miraba feo porque mi color favorito fuera el celeste en vez del rosa.

*

A veces no podíamos parar de hablar. Hablábamos de tantas cosas y a la vez de nada. Yo siempre pensaba que en algún momento se nos acabarían las palabras pero nunca fue así. Porque cuando estaba sola y encontraba una señora con un gorro chistoso o una nube con forma extraña siempre pensaba que más tarde se lo contaría a Dylan.

Tú parecías hacer lo mismo.

Sin azúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora