A veces pasaban días y no nos veíamos como antes pero nos llamábamos por teléfono. Eran charlas de cosas estúpidas pero reíamos por horas. A mi hermana no le gustaban nuestras charlas porque no podía llamar a su novio y a mi mamá no le gustaba tampoco por lo caras que salían las cuentas del teléfono.
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Sin azúcar
Krótkie OpowiadaniaYo era como el agua en un estanque. Quieta como nada podía estarlo, reflejando al cielo, inmóvil y clara, aguardando por una brisa. Solo que yo no sabía que tu ibas a transformarte en esa brisa y más tarde en un huracán.