Consuelo

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Minghao's P.O.V

Me desperté, pero aún no había amanecido, por lo que supuse que aún me quedaba tiempo para descansar antes de ir a la escuela. Aunque no creía que Soonyoung estuviera de ánimos para eso. De alguna forma, había terminado por darle la espalda mientras dormía y el aferrado a mi cintura. Está bien, eso ya me estaba a poner algo incómodo, por no pensar en los problemas mañaneros de los hombres.

Quise ir a cerrar las cortinas para que cuando amaneciera, la luz no molestara, pero en el momento en que intenté sacar las manos de Soon de mi alrededor, el sólo respondió aferrándose más hacia mí y tirándome hacia la cama.

-Ming...- dijo prácticamente dormido con la voz algo ronca. Ese apodo... Me había producido un sentimiento agradable. Pero vaya, aún escuchaba, creo que era un nuevo récord -Deja de moverte, ¿Si?-

-Pero quiero cerrar la cortina o a la mañana la luz molestará- respondí tratando de incorporarme.

Pareció meditarlo unos segundos -o se había vuelto a dormir, me era imposible saberlo- y luego hizo un sonido de afirmación al momento en que aflojaba su agarre.

Solo me tomó unos segundos entre ir y volver, segundos en los que me morí de frío y casi me transformé en un helado, ya le pediría a mi madre una estufa. Soon se había dado la vuelta y ahora me daba la espalda, pero en cuanto recargué mi peso en la cama -que por suerte seguía calentita- se dió la vuelta con increíble velocidad para alguien que había estado en un sueño comatoso hacía cinco minutos.

Tiró del brazo que me servía como apoyo para que volviera a recostarme, pero ahora con los rostros enfrentados. Y sus ojos sin rastro de sueño.

-¿Te sientes mejor?- pregunté con voz queda

-Si... Eso creo, gracias por todo Ming, creo que no muchos me hubieran recibido como tú y tu madre lo hicieron- dijo tratando de esbozar una sonrisa tranquila pero sólo resultó en una mueca, su mente aún debía de estar pensando en aquellos hombres que había visto.

-¿Qué es lo que tanto te preocupa Soon?-

-No es nada, pero ya he pasado por experiencias no muy gratas con ladrones cuando era niño- dijo con la voz algo temblorosa -Una vez, cuando tenía cerca de siete años, dos hombres armados entraron en casa, era a plena luz del día pero nadie los vio. Yo me encontraba en mi cuarto, por lo que corrí a esconderme en cuanto escuché las voces y el rrito ahogado de mi madre. Me resguardé en el armario de la habitación de mis padres, tapándome con los abrigos y la ropa que ahí había. Para mi mala suerte, entraron allí, sus voces se escuchaban extrañas, como si sus gargantas fueran arañadas y desearan con desesperación sacarse lo que les molestaba, hablando demandantes y con urgencia.
Hicieron a mis padres buscar por toda la habitación aquellas cosas que fueran de valor mientras yo comenzaba a temblar violentamente y miraba por una pequeña rendija, pero solo mi madre afortunadamente lo percibió. Por último, los hicieron arrodillarse mientras los apuntaban constantemente cada uno con sus respectivas armas. Aún no sé como no grité ni tuve un ataque de pánico, solo me limitaba a llorar y a temblar en silencio rogando por que todo fuera un sueño. Finalmente se escucharon las sirenas de los policías aproximándose a lo lejos, ambos hombres se apresuraron a salir y mi padre se movió y por alguna razón, los hombres pensaron que les iba a hacer algo y... Dispararon .- dijo con la mirada en dirección a mis ojos pero completamente ausente, seguramente viendo los sucesos de aquel horrible día en su cabeza una y otra vez.

-Hey Soon, no tienes que contármelo si se te hace difícil, está bien, lo comprendo- hablé tratando de que no reviviera esas memorias de nuevo, pero no me escuchaba.

-Había tanta sangre Minghao... Mi madre comenzó a llorar y a gritar todo lo que contuvo de cuando estuvieron esos hombres ahí, yo por mi parte, no podía obligar a mi cuerpo a que se moviera, estaba tan inmóvil como mi padre en el suelo. La ambulancia tardó unos minutos en llegar, pero no la noté, se llevaron a mi padre al hospital y mi madre por más que quería acompañarlo, se quedó conmigo. Tuvo que sacarme a rastras del armario y esperar seis días más a que yo reaccionara, hasta ese entonces, no comía, no dormía, no hablaba, comencé a tener leves ilusiones auditivas y la energía que llevaba siempre conmigo me había abandonado. Esa misma mañana del sexto día, soñé que estaba en un cementerio junto a mi madre, ambos vestidos de negro en frente de una lápida, pero no llorábamos, era como si nos hubiéramos acostumbrado a eso.
Desperté llorando y con la sensación de haber contenido un nudo en mi pecho, como solía hacerlo desde el incidente. Durante la tarde, llamaron a mi madre, mi padre se había salvado por los pelos, pero salvado al fin. La bala lo había atravesado limpiamente cerca del abdomen, pero ningún órgano importante resultó afectado.
Fuimos a visitarlo luego de unos minutos, al verlo, parte de mi energía volvió al ver a mis padres sonrientes, pero luego todo el peso de mis hombros se esfumó y pude volver a respirar sin sentir una piedra en mi pecho que me lo impedía , creo que nunca me sentí tan aliviado en mi vida. Al día siguiente era como si la tormenta hubiera pasado- dijo con la voz algo quebradiza y sus ojos se comenzaron a aguar de a poco, solo me atreví a juntar nuestras frentes y a pasar mi mano detrás de su nuca para acariciarlo y reconfortarlo.

Can you hear me? <<H8SHI>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora