Can you hear me? <<H8SHI>>

Centro comercial

Minghao P.O.V

Le hice la historia corta a Soon de lo que había sucedido en el consultorio, algunas advertencias, (además de que seguramente no debería exponerme a ruidos fuertes o estridentes) de lo que me había encontrado -o más bien a quién- y además de mis sospechas. Nadie se volvía un ángel de la noche a la mañana luego de haberte hecho la vida imposible. La situación olía a gato encerrado y no, no era Jun y sus habilidades con las artes marciales.

-Es como tú dices Ming, es extraño además que Jun haya hecho justicia por mano propia sin avisar, al menos, para que yo lo acompañara y le pudiera dejar en claro una o dos cosas más a "Cheol"- escupió entre dientes la última frase mientras hacia chocar su puño derecho contra la palma izquierda de su mano

-Dejemos de pensar en eso, de todas formas, no llegaremos a nada- mencioné intentando sacarle importancia al asunto. Pero una horrible sensación similar a un escalofrío comenzaba a a escalar desde la base de mi columna, enrollándose como una serpiente venenosa a punto de morder.

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Terminamos viendo, como era usual, algo de televisión sentados en el sillón. Mejor dicho, Soon estaba sentado, yo usaba sus piernas a modo de almohada, y a decir verdad, eran muy cómodas.

A veces mi audición se apagaba como una vieja radio defectuosa por algunos minutos, y debía colocarme hacia arriba y pedirle a Soonyoung que repitiera lo que había dicho. Cuando volvía mi audición, daba punzadas de dolor que iban desde una leve molestia hasta una verdadera y horrible migraña que tardaba más de lo deseado en irse.

En cuanto esto pasaba, Soon procuraba acariciarme suavemente la cabeza hasta que el dolor se fuera nuevamente. A pesar de que no me gustara que las personas me tocaran demasiado el pelo, con Hoshi no me importaba, podría dejarme un nido de pájaros y seguiría impasible.

Sus caricias realmente me debían relajar mucho ya que me dormí sin darme cuenta y cuando me desperté, me fijé que Soon se había quedado dormido y caído encima mío y dormía tranquilamente en mi abdomen mientras yo tenía las piernas flexionadas para caber. Éramos como un deforme signo piscis humano.

Revisé la hora en uno de los relojes de pared, que marcaba las 3:45 p.m, nos podíamos quedar acostados unos minutos más. Revolví suavemente el pelo de Hoshi, a pesar de todos los cuidados, seguía algo áspero al tacto, pero me agradaba. Era similar a tocar un perro callejero, en el buen sentido. De esos que siempre están alegres aunque su vida no sea la mejor. Y luego te persiguen a todos lados.

Se removió entre sueños soltando pequeños susurros inentendibles. Aunque el sueño al parecer, se transformó en pesadilla. Su ceño se frunció y su respiración se tornó bastante agitada y algunos espasmos recorrían sus brazos y piernas. ¿Han visto alguna vez a los perros dormir y que empiezan a gañir y a moverse de improviso? Algo similar. Su frente estaba arrugada con una pequeña capa de transpiración. Inclusive sus ojos estaban algo abiertos y hacia atrás, unas pequeñas lágrimas escapaban de estos también.

-Hey Soon, ¡Soon despierta!- lo zamarreé algo brusco con la voz impregnada en preocupación, su sueño era tan pesado como un elefante.

Pero despertarlo no era tan fácil, seguía soltando quejidos entre sueños y sus ojos luchaban por no abrirse nunca, mi estado de alarma se disparó. Y le golpeé en la cabeza con la palma abierta.

-¿¡Eh!?... ¿Eh?- fue lo único que alcanzó a modular, parecía no tener idea siquiera de dónde se encontraba.

-Estabas... Teniendo una pesadilla, ¿Me equivoco?-

-Yo... Eso creo, espera, sí, tienes razón. Estaba quejándome ¿Cierto? Tengo la sensación del nudo en la garganta aún. Agh, no, no era muy agradable lo que estaba soñando- dijo mientras pasaba su brazo izquierdo por debajo del arco que formaban mis piernas, tocando -esperaba que sin intención- mis muslos y luego mi trasero descaradamente, para dejar su mano en contacto con mi cadera, con su pulgar moviéndose hacia arriba y hacia abajo.