Condena (0)

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—Tercera sesión del caso 618 del estado de California, acusado, Bill Edward Cipher Carim, ¡La corte entra en sesión! —La jueza Northwest golpeó el pequeño martillo de madera. La audiencia hizo silencio mientras los abogados acomodaban sus documentos y el acusador frotaba sus manos nerviosamente y soltaba suspiros cada 5 segundos.

Las grandes puertas de madera se abrieron dando paso a dos oficiales bien vestidos que escoltaban a un joven de unos 25 años aproximadamente hacia el podio.

Al llegar lo dejaron solo y cerraron las pequeña puertas de madera que lo separaban de la audiencia. A su derecha su abogado y también hermano gemelo, el mejor abogado del estado de California; William Cipher Carim.

Ambos hermanos sabían que esta vez la jueza no gastaría tanto tiempo en ellos, que la decisión de la audiencia sería rápida y que tal vez Bill iría a pudrirse dentro de 3 paredes de cemento y una reja por una década o más, claro que William no dejaría que eso pasara, o por lo menos intentaría reducir la condena de su gemelo.

—Señor Cipher, ¿tiene alguna prueba de que Bill Cipher no haya sido responsable de los cargos de los que se le acusan? —Preguntó la mujer de rubios cabellos, con un tono un tanto hastiado, el caso había tenido más sesiones de lo que realmente merecía, o por lo menos eso pensaba antes de entrar a la sala y tomar su lugar cada vez que era convocada a esta.

—No señoría, pero si me permite, tengo evidencia de que mi cliente tuvo buenas razones para- —El chico de cabello claro se apresuró a sacar documentos de su formal portafolio.

—Señor Cipher —ella llevó su índice y su pulgar hasta su entrecejo, el joven abogado de apenas 25 años de edad buscaba dar pelea, pero ya no tenía sentido alguno, suspiró—, debe entender que no estamos en un jardín de niños, a la audiencia no le interesa saber si el acusado tuvo o no buenas razones.

—De hecho, su señoría. Creo que la audiencia estará interesada en esto —refutó.

—¿Tiene algo que contribuya de manera legal a las acciones tomadas por su cliente? —Hizo énfasis en la pregunta. Estaba harta de que solo se dieran vueltas al asunto para volver a lo mismo, Bill era culpable.

—No señoría —Will volvió a sentarse con la mirada gacha, volteo su cabeza hacia el jurado, donde su novio castaño y vestido de colores oscuros lo veía con una pequeña sonrisa de apoyo, gesto que casi nunca formaba, pero amaba a Will, quería apoyarlo y esas eran suficientes razones para sonreír tan siquiera un momento.

—Señora Carim, ¿Tiene algo que agregar?

—No señoría —Ella agarró su pañuelo y seco sus pocas lágrimas, seguía sin creer todo lo que estaba sucediendo.

—Bueno, siendo así las cosas, tomaremos un pequeño descanso para que la decisión por el jurado sea tomada —La jueza golpeó su pequeño martillo una vez más y todos salieron de la sala excepto los responsables de tomar la decisión, entre ellos el novio dos años mayor del abogado defensor.

Afuera estaba sentado este, con las manos en el rostro mientras suspiraba frustrado, no podía perder este caso, jamás había perdido uno, excepto uno sin relevancia 2 años atrás. Había sido uno de sus primeros casos, pero esa vez no había nada que hacer, justo como esta vez; aunque no quisiera aceptarlo.

Bill llegó escoltado hasta donde estaba y se sentó justo al lado de su hermano menor.

—Lo siento —Suspiró.

—¿Por qué estás disculpándote? Yo soy quien arruinó todo, por mi culpa esto está pasando, por mi culpa irás a prisión —el chico de azules cabellos mordió su labio inferior contendiendo las lágrimas, era una persona sensible, razón por la cual su padre se había encargado de repetirle cientos de veces que no escogiera ese oficio, sin embargo en la corte era uno de los únicos lugares donde se sentía fuerte, sentía que podía luchar por defender a alguien, no se sentía inútil como todos le hacían creer; siempre.

—No es tu culpa Will, no fuiste tú quien hizo esto.

—Claro que fue mi culpa, yo te orille a ello. —Unas cuantas lagrimas cayeron sobre su pantalón negro.

—Claro que no <<little blue>>, nunca me lo pediste —el rubio volvió a suspirar.

—Yo solo... yo desearía... desearía poder hacer más —llevó ambas manos a su rostro, molesto. Si hubiera algo que pudiera romper en ese momento ya estaría hecho pedazos— ¡¿Porque rayos mamá no retira los cargos y lo resuelve en su maldita casa?! —Bufó, estaba frustrado, muy frustrado.

—Hey, tranquilízate, tranquilo Will, no es como si fuera a morir y... me veo bien de naranja —Bill mostró una sonrisa burlona hacia su hermano y guiñó un ojo provocando que riera un poco— ¿Ves?, reír es mucho mejor que llorar ¿no,hermanito? No querrás que te vean con la cara empapada allí dentro, mucho menos ya sabes quién —Dio un suave codazo.

—Bobo —Pasó una mano por su rostro secando sus lágrimas mientras sonreía. —Y callate, puede que te lo contara a ti pero nadie más debe saberlo.

—Cipher, arriba. Ya tomaron su decisión —Dijo un guardia.

—Will, pase lo que pase, gracias por todo, y dile a mamá que lo siento.

El rubio caminó junto al oficial hacia la corte de nuevo mientras su abogado iba detrás de ellos, entraron en la sala y de un momento a otro todos hicieron silencio.

—¿Todo listo?

—Hemos tomado la decisión —Dijo una de las chicas dentro del jurado. La jueza asintió para que prosiguieran.

El novio castaño de Will se levantó con la mirada gacha, formando un <<lo siento>> con los ojos fijos en su pequeño novio de cabellos fantasía y habló.

—Hemos decidido que Bill Edward Cipher Carim es —suspiró, tomando una bocanada de aire y creando un momento de suspenso, a pesar de que la audiencia ya sabía cómo terminarían las cosas; continuó— culpable.

—Siendo así. La corte falla a favor de Bill Edward Cipher Carim —la mujer suspiró, cerrando un ciclo, un caso más y prosiguió a seguir con las palabras ensayadas—, y es sentenciado a cumplir una condena de 12 años en la prisión de California.

A través del Muro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora