D I E C I S É I S

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Cuando toda mis prendas estuvieron dentro de la maleta, la cerré y me encaminé hacia la puerta. El rostro de Jimin me suplicaba que me quedara pero su boca no lo pedía; si me hubiese detenido, le hubiera dado otra oportunidad.

- Avísame cuando quieras explicarme cuál es el secreto. Aunque a juzgar por tu actuar ya tengo mis propias conclusiones.- dejé las llaves de su departamento encima de la mesa y caminé hacia la puerta.

- ¿Cuáles conclusiones?- preguntó en un susurro.

- ¿Son amantes? ¿Tú y mi hermana?- decirlo siquiera ya era repugnante y doloroso. Él se limitó a negar con la cabeza gacha.

- ¿Sí o no, Jimin?- insistí una vez más aunque con claras sospechas de cuál era la respuesta.

- Fuimos, pequeña. Pero eso ya pasó, yo te amo a ti. Te juro que desde que te vi en el hospital y supe que estuve a punto de perderte mi amor ha crecido más. Te amo, y te necesito. Solo a ti, _____.- mis ojos se llenaron de lágrimas, mi propia hermana y mi novio, amantes. Me dolía el pecho y sentía las orejas hervirme. No pude aguantar las lágrimas, no sé por qué me sentía tan traicionada de su parte.

- ¿Cuál es ese trato qué hicieron?- pregunté ahogando varios sollozos.

- Ya no tiene importancia, pequeña, yo te amo. Le dejé claro a Britanny que no volvería a pasar, te lo juro. Pero por favor, no me dejes.- la preocupación se notaba en su rostro pero yo me sentía bastante furiosa como para apiadarme de él.

- Claro, no me quiero ni imaginar hace cuánto me ven la cara de estúpida. ¿Esa es tu manera de amarme, Jimin? Todo el amor que jurabas tenerme así es como lo demuestras, ¿no? Me dan asco. Puedes dar por terminada esta farsa, eres cruel, despiadado y egoísta.- mientras las lágrimas abundaban y el dolor crecía, tomé la maleta y caminé a paso rápido hacia la puerta, quería irme lo antes posible de allí. Jimin me detuvo, se adelantó y aseguró la puerta, utilizando su cuerpo como obstáculo. De sus ojos salían lágrimas también, pero puede apostar que su dolor no era más grande que el mío.

- Espera. No te vayas, déjame explicarte. Ese era mi antiguo yo, ya no necesito nada de eso para estar bien. Simplemente te necesito a ti, eres mi antídoto, pequeña. Te amo, no me dejes, no otra vez, por favor. Te lo imploro.

- Sal de mi camino, Jimin. No quiero escucharte.

- No, escúchame. Era simplemente de vez en cuando, no siempre. Ella no me importa, pequeña. Tú eres mi todo, no me abandones.

- De vez en cuando mientras estabas conmigo, eres un descarado, un maldito descarado. Ve tú a saber cuántas veces me has sido infiel.- las lágrimas volvían a aproximarse a mis ojos, sentía una impotencia, quería pegarle tanto, tan fuerte como fuera posible hasta desaparecer este mal momento y este terrible dolor.

- No te detendré si quieres irte, pero quiero que sepas que nadie te va a amar como lo hago yo.

- Pues tu manera de amar da asco.

Se echó hacia un lado con completa paciencia, le miré de reojo y antes de encontrar en él una razón para quedarme crucé la puerta y caminé directo al ascensor, presioné el botón para llamar y esperé paciente su llegada.

- Si de asco hablamos qué te dejas a ti misma.- me encaró a gritos a sólo unos pasos detrás de mí, esa voz, ese tono. Lo reconocí al instante, me giré para verle a la cara, con las mejillas rojas y los ojos hundidos- Así es de la única forma que sé amar, ______. ¿Quieres saber cuántas veces te he sido infiel? Muchas, demasiadas. Tantas que ya hasta perdí la cuenta pero si no me recuerdas a mí, por qué querrías saber de mi pasado. Es ilógico, todo esto empezó mal, he tenido que arrastrarme por tu amor, que te condueles de mí e incluso que dudes de lo que alguna vez tuvimos. Tienes razón, soy un asco, mujeriego, poco hombre. Todo los insultos que se te vengan en gana, pero de una cosa estoy seguro, _______, y es de que te amo.- sus ojos se llenaron de lágrimas, no me lo podía creer. En realidad era cierto, ha tenido que mendigar mi amor, pero creo que no he sido tan mala con él para merecer esto y todos las otras infidelidades que menciona. ¡Pero de qué voy, joder! Que ni siquiera le conozco, y ahora que lo empiezo a "querer" me entero de esto. Esto vale un coñazo.

- Así no es como se debe amar, Jimin.- pude apenas pronunciar, mi corazón se estrujaba, se retorcía por perdonarle todos sus errores y volver a empezar, pero no estaba segura y al parece él tampoco.

- ¿Y tú qué sabes, joder? ¿Qué propones? Que viva un romance extremo de 5 años y que luego vaya por ahí alardeando que he perdido la puta memoria.

- Pero qué dices. Te has vuelto loco, ¿insinúas que me gusta tener la memoria pérdida o qué?

- Lo que insinúo es que si mi manera de amar apesta, y es así, rara y posesiva. Entonces cómo es la tuya. Porque ambos nos estamos haciendo daño, ______, pero al menos no tienes que verle a los ojos todos los días y besarle actuando como si fuera la misma chica que conociste y de la cual te enamoraste años atrás.

- Te pedí tiempo para solucionar esto, Jimin, hemos habla...

- No, ya no lo necesito. Ni siquiera quiero retenerte a mi lado, tú no eres mi _______, ella ha muerto justo en ese accidente.- se dio media vuelta y se adentró en su casa, por amor a Dios, estaba terminando conmigo, diciéndome que no quería exactamente nada. Olvidé por completo mi enfado por su infidelidad, me enfoqué simplemente en su expresión y sus palabras, me dolían, me dolían porque no sabía cómo era mi antigua yo. Cómo se comportaba o qué hacía. Me dolía porque no sabía en qué fallaba ni cómo arreglarlo.

Me dolía porque tal vez estuviera perdiendo al amor de nuestras vidas y eso, eso... ella nunca me lo perdonaría.


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Las despedidas son un asco y el amor duele cada vez más.

Disfruten este capítulo.

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Recuérdame [Jimin&Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora