V E I N T I U N O

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- Así como también le he suplicado a Arturo que no parara mientras me hacía suya en el sofá.- apenas puedo detener las palabras cuando salen de mi boca, era mi única solución, la única escapatoria.

- No vas a jugar conmigo, ______.- me suelta y me doy la vuelta, lo miro a los ojos y puedo ver su autocontrol apunto de estallar. Pero su voz, su tono de voz es mucho más calmado de lo que reflejan sus ojos. Tal vez esto no de el resultado que esperaba. Simplemente pensaba que si le decía eso se iba a ir con su ego herido y me dejaría en paz.

- Creo que ya deberías irte, Jimin.- camino hacia la puerta y la mantengo abierta, esperando que se vaya, se encamina hacia mí y cuando creo que va a salir, la cierra y queda de espaldas a ella.

- ¿Dónde vive?- ¿qué? No entiendo su repentino cambio de tema.

- ¿Quién?- pregunto confundida, aunque muy por dentro de mí ya me imagino a quién se refiere.

- El tal Arturo, ¿dónde vive?- repite con una calma sospechosa.

- Eres consciente de que no te lo diré, ¿no es así?- su mirada atraviesa la mía y permanecemos así por unos largos segundos hasta que finalmente asiente, se da la media vuelta y se va.

Una punzada de decepción invade mi pecho, una pequeña parte de mí quería que Jimin se quedara y me obligara a decirle dónde vive Arturo. Aunque es obvio que no se lo iba a decir, pero al menos eso reflejaría que le importo, que le importa con quién duermo.

Pero qué estoy diciendo, ¿ahora necesito a alguien que me grite? Por otra parte, sé que Jimin no se va a quedar de brazos cruzados, debe de estar pensando en algo. Tendré que llamar a Arturo y ponerlo sobrealerta, la rabia de Jimin no conoce límites.

Camino a recoger el teléfono que gracias a Jimin se había caído, mientras lo levanto veo como cae una pequeña hoja de papel dobladas muchas veces; no la reconocía, estaba bastante estrujada y un poco dañada. La abro y veo en su interior, esas letras las podría reconocer en donde fuera: las de Jimin.

Hola, amor.

Ciertamente han pasado un par de semanas desde que caíste en coma, y aunque me cueste decirlo debo admitir que estoy apunto de tirar la toalla y dejarte ir... Para siempre.

Pero antes de que decidas dejarme, quiero que sepas que no he sido un buen novio en estos 5 años, he visto a unas cuantas chicas: amantes como tú las llamarías. Ninguna que te iguale, amor mío pero son suficientes para mí, no te confundas, eres la más importante para mí pero es como si necesitara hacer lo que hago.

Tomando en cuenta que ya no te veré nuevamente, es necesario escribirte, por si algún día vuelves a la tierra y te da por revisar mis cosas así seas un fantasma, que una de ellas ha sido tu hermana. No me preguntes el por qué, te mentiría si te diera una razón, antes que darte cualquier detalle necesito pedirte perdón. No es una de las acciones que más me enorgullecen pero es parte de mi pasado y por lo tanto debo contarte toda la verdad.

El primer acercamiento sexual que tuve con Britanny fue hace un año, estábamos sentados en el living de la casa de tus padres y simplemente pasó (ya sé lo que estás pensando, nada pasa porque sí) pero si quieres detalles aquí te van: nos miramos y subimos a su habitación y sucedió.

Al principio ninguno de los dos se volvió hablar después de eso pero dos semanas después volvió a pasar y a pasar hasta ahora, hasta tu accidente. Me arrepiento el haberlo hecho, Britanny no deja de amenazarme con que si llegaras a despertar te lo diría, eso y su histeria me tienen al borde del colapso.

Perdona mi egoísmo pero nunca quisiera que te enteraras mucho más allá de lo que ya sabías antes de llegar aquí. Lo siento, _____, de verdad que lo siento pero dudo que si leyeras esta carta tus sentimientos fueran los mismos.

Una última cosa quiero que sepas, de ninguna me he enamorado y aunque eso no cambia nada necesito que sepas que te amo y te amaré por el resto de mis días.

Con amor,
Jimin.

La hoja se me desvaneció entre los dedos como agua, mi corazón dolía pero no sabía por qué, no sabía cómo tomar esta carta... Simplemente no podía, no puedo. Caminé hacia el sofá con la mente en blanco, impactada, no era nada nuevo pero al enterarme por sus palabras es como si la traición me doliera el triple.

Sentía cómo me palpitaban las venas del cuello, mi cabeza estaba apunto de explotar. Dios, Jimin, cómo dueles. Sin darme cuenta me encontraba llamando a su número, no sabía en qué momento lo había marcado ni cómo lo había marcado pero aquí estoy, llamándolo y sin saber qué decir. Al tercer timbreo pude escuchar su voz.

*Llamada telefónica*

- ¿Aló?
- ...
- ¿______, estás ahí?
- Sí...
- ¿Te encuentras bien?
- No.
- ¿Qué te sucede?
- No lo sé. Jimin, ayúdame por favor.
- ______, amor, ¿qué es lo que te pasa?
- Mi mente, Jimin... Mi mente no puede recordarte pero mi corazón duele, mucho.
- No entiendo, ¿a qué te refieres?
- ...
- ¿_____?
- *sollozos*
- Hey...
- *estruendo*
- ¡______, QUÉ PASÓ! ¿ESTÁS BIEN?






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Este capítulo va dedicado especialmente a mi amiga Kelly que cumplió años ayer 30 de octubre ❤ Tanto que me hinchaste las pelotas jajaja. Y obviamente a todas esas lectoras que pedían a gritos la continuación, las he escuchado, se los he devuelto.

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Recuérdame [Jimin&Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora