El flechazo

El beso

Me desperté a las cuatro y empecé a "producirme", quería que Eliot me vea distinta, que me mire y note que yo era una chica grande, responsable y madura.
Me puse el horrible uniforme de la escuela, y me solté el cabello. Creo que ya estaba lista.
Finalmente agarre mi celular, las cosas de él y salí de casa.
Cuando estaba a una cuadra podía ver que él estaba ahí esperándome, de la nada unos nervios enormes me invadieron,no podía ni caminar, así que me quede parada en el lugar.
Eliot me vio y vino corriendo a saludarme. Los nervios seguían, pero ya estaba más tranquila.
Me agarro de la mano y me llevó hasta un lugar re lindo.
Era un lugar tranquilo y claro, se podía ver el río y los árboles alrededor , había mucho verde y pocas personas.
Nos sentamos en un banco que había ahí , saque sus cosas de mi mochila y se las devolví.
-gracias, pero si queres quédatelas. Me dijo
-pero.. Entonces para que nos juntamos, dije sorprendida
-es que quería verte, y esta era la única manera.
Eliot puso sus manos en mi cintura y de a poco se empezó a acercar. Yo no sabía qué hacer, al parecer me quería dar un beso pero , yo nunca había besado a nadie.
Cada vez se acercaba más, de los nervios estaba paralizada.
Cuando sus labios estaban por tocar los mios, saque la cara y me fui corriendo a la escuela.
Le conté todo lo que había pasado a mi Emily. Me dijo que tenía que hablar con él para aclarar las cosas y para pedirle perdón.
Creo que tenía razón, porque lo deje solo cuando estaba por pasar algo.
Estuve toda la clase de Geografía pensando en el, había algo en el que me llamaba la atención. Sus labios, sus ojos y sobre todo su personalidad, eran lo que lo hacían una persona maravillosa.
Cuando llegue a mi casa, entre en crisis. Me sentía mal por haber corrido la cara, pero tenía miedo de que Eliot me use y me lastime. Creo que ustedes entienden, cuando nunca estuviste con nadie te sentís insegura y desconfías de todo, hasta de las personas que más te quieren.
Decidí esperar un poco para hablar con Eliot, así no me volvía a meter en problemas.
Por ahí lo podía encarar en la escuela, o en algún recreo.
Por primera vez me había tomado las cosas con calma. Me acosté en mi cama porque está súper cansada y me quedé profundamente dormida.