Besos Robados

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Disfruten la lectura! :*

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The Truth Behind The Mask

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CAPÍTULO 3:

Besos robados.

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¿Estaba despierta o solo soñaba? Cualquiera fuera el caso que alguien por favor se lo dejara en claro. Sentía que en cualquier momento perdería la locura. El perfume de Adrien le estaba embriagando, podía jurar que no había nada mejor que ese aroma. La música era lenta, un hermoso vals como en los cuentos que alguna vez leyó. Él sujetaba con firmeza su cintura, manteniéndola tan cerca de él como le era permitido.

Podía sentirle respirar tan cerca de su cabello y no lograba hacer más con la poca cordura que le quedaba que mantener el rostro oculto contra su pecho. Si de algo estaba segura era que su rostro en aquel momento debía ser un tomate recién tomado del árbol en su punto más maduro. Pero sinceramente, ¿qué importaba? Cualquier otra persona en el mundo podía estar en su lugar, pero no. Era ella quien compartía aquel hermoso y ¿romántico? baile con Adrien.

―Marinette ―le escuchó susurrar a su oído y necesito aferrarse más al cuello de su acompañante para no caer―. De verdad lamento haberte envuelto en todo este asunto.

―N-no importa ―logró responder.

―Sí... importa mucho ―dijo antes de presionarla contra si con más fuerza aún.

Tal vez no podría declararse directamente atraído por Marinette. Desde el instante en que Ladybug cayó del cielo a sus brazos –literalmente- podría jurar se había enamorado de ella, pero no sabía si era justamente lo que le había dicho su padre sobre la edad, la cercanía, la sala a media luz, el perfume que ella traía, las hormonas o todo junto pero, aquella situación le estaba comenzando a incomodar, de una buena manera.

No estaba seguro del por qué, pero sentía que si aquello seguía así iba a hacer alguna tontería por la que tal vez Marinette no quisiera volver a dirigirle la palabra más nunca en su vida. Respiró hondo y eso solo empeoraba las cosas. Su cabello olía a galletas y él amaba las galletas. Aquello debía ser una broma de mal gusto, sobre todo porque si lo pensaba detenidamente. ¿Podría alguna vez compartir algo así con Ladybug? Sobre todo tomando en cuenta que era ella quién más se rehusaba al hecho de que conocieran sus identidades secretas.

Estaba seguro de que si hubiese invitado a la heroína de Paris a aquel baile le hubiese tachado de loco, hubiese asegurado que sus identidades correrían peligro de ser descubiertas y quien sabe qué otra cosa se le hubiese ocurrido para rechazarlo. Después de todo, sin importar qué dijera o hiciera, siempre terminaba siendo rechazado. Una razón más para asegurar que aquel beso del que siempre le mofaba Plagg no era más que una mentira para molestarle. Una excusa para burlarse de él.

―Adrien... ―le escuchó llamarle y su espalda se tensó.

―¿Pasa algo, Marinette? ―Ella negó y sonrió mientras se separaban un poco.

The Truth Behind The MaskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora