The Truth Behind The Mask

Amor

The Truth Behind The Mask

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CAPÍTULO 6:

Amor.

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Marinette, ¿no vas a responder jamás? Hay algo importante que te quiero preguntar. Yo escuché algo en la escuela y necesito que lo confirmes o desmientas. ¿Es cierto que estás enamorada de mí? Espero tu respuesta. Adrien.

―¿Qué le vas a responder, Marinette? ―Preguntó Tikki con una sonrisa leyendo el mensaje junto a Marinette.

―¡¿Cómo que qué le voy a responder?! ―Bloqueó el móvil tan rápido como pudo y lo escondió tras un cojín del diván, como si no supiera donde estaba―. Que no recibí su mensaje.

―Eso no tiene sentido, Marinette. Yo creo que deberías de darle una respuesta clara y debes hacerlo pronto.

―E-eso no...

―¡Marientte! ―Llamó su madre desde la planta inferior―. ¡La Srta Nathaly ha llegado a buscarte!

Su respiración se detuvo mientras Tikki le halaba una oreja intentando traerla de vuelta al mundo. Vio la escotilla abrirse, Tikki se ocultó y la mujer entró, tomó el bolso de Marinette del diván y le empujó suavemente hacía las escaleras. Marinette reaccionó una vez que estuvo por bajar.

―No tenemos todo el día, Marinette ―dijo Nathaly.

―L-lo siento, es que yo. Bueno, aún no son las seis y el Sr. Agreste.

―Vine antes, hay mucho que hacer y poco tiempo ―la azabache suspiro ante la seria actitud de la mujer y salió de la casa a su lado. No sin antes abrazar a su madre y besarle las mejillas.

―¡Hasta mañana! ―Gritó mientras era empujada fuera de su propia casa.

Subió al auto y se afirmó en una de las puertas. Realmente le costaba un poco pensar en qué clase de vida tenía Adrien ahora que estaba volviéndose más cercana a él. Comenzaba a notar que no le conocía tan bien como creía.

A Adrien le llevaban a cualquier sitio, realizaba un montón de actividades a parte de ir a la escuela, trabajaba como modelo, tocaba el piano, hacía esgrima, estudiaba chino y las mayorías las había descubierto por revistas o Alya, y así decía amarlo más que nadie. Pero no, si lo pensaba detenidamente no sabía nada de Adrien. ¿Qué se sentiría ir y venir cada vez en aquel gran auto que siempre parecía estar vacío?

―Esto es un poco deprimente ―susurró con sus ojos fijos en la ventana.

Iba completamente sola. Una vez que salió de su casa el chofer de Adrien –a quién había visto en un par de ocasiones- le había abierto la puerta de la parte trasera del auto, y contrario a lo que pensaba, Nathaly cerró la puerta, sentándose en la parte del frente. Dejándola sola atrás.

Ella lo había visto, cuando espiaba a Adrien al llegar o irse del colegio, siempre iba solo atrás. ¿Todo el tiempo? Algo parecía presionar su corazón al pensar en esa posibilidad. Y su casa, era tan grande pero, solo vivían él, su padre y aparentemente Nathaly. ¿No era demasiado espacio para dos o tres personas? Además, ¿qué había pasado con su madre?

Todas esas preguntas acumulándose en su cabeza solo le hacían sentir más confundida de lo que normalmente estaba.

―Hemos llegado ―dijo Nathaly cuando el chofer abrió finalmente su puerta―. Sígueme.