The Truth Behind The Mask

Errores

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The Truth Behind The Mask

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CAPÍTULO 9:

Errores.

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Hay secretos que solo la luna conoce...

Su respiración iba y venía. Estaba ahogada, le costaba respirar, tal vez por las carreras que había tenido que dar los últimos minutos o tal vez por lo que le había dicho Chat Noir. No estaba segura y una parte de ella tenía cero intereses en descubrirlo.

―Detente ―pidió por enésima vez sujetándole finalmente del brazo―. ¿Por qué estás tan enojada?

―Por nada, solo déjame sola ―pidió sacudiendo su brazo para soltarte.

―Ladybug, lo que te dije hace un momento...

―¡No! ―Gritó cubriendo sus oídos―. ¡Basta, Chat Noir! ―Gritó empujándolo―. No me interesa, ¿no lo entiendes?

―Pero, Ladybug, lo digo enserio, te amo.

―No entiendes... Yo no puedo corresponder a tus sentimientos.

―¿Por qué razón? ―Preguntó sentándose en el borde de aquel tejado.

―Porque... me gusta alguien más ―desvió la mirada, tomando asiento junto al gato―. Y esa persona me dio hoy la peor rechazada que se le puede dar a alguien... es que ni siquiera me dejó acabar de confesarme. En cuanto le dije que necesitaba hablar con él... solo me dijo que yo no era su tipo y que le dejara solo.

―Creo que ese tipo es un idiota... Mira que despreciar a la mujer de mis sueños...

―Cállate, gato tonto.

―¡Bonjour! ―Aquella voz les erizó la piel y cada uno tomó distancia cuando la joven se sentó en medio de los dos―. ¿Cómo están el gatito y la mariquita hoy?

―Bonjour, Paon ―respondieron al unísono desanimados.

―¿Por qué las caras largas? ―Preguntó Abeille volando frente a ellos―. Parece que los hubiesen golpeado con un bate estando dentro de una bolsa de basura llena de vidrios.

―¿Por qué tienes que hacer comparaciones tan... raras? ―Dijo Renard de pie junto a Ladybug―. Por cierto, saludos.

―Bonjour ―saludó Papillon llegando finalmente, de pie a un lado de Chat Noir.

―Estamos todos, es hora de ir con el maestro Fu ―anunció Ladybug levantándose, siendo sujeta del brazo por Paon.

Los seis jóvenes surcaron los techos de Paris hasta el lugar en que habían sido citados por el guardián de los miraculous. Una vieja tienda cerca del trocadero, en un edificio un poco anticuado, con un ligero aire chino en sus pasillos.

Subieron las escaleras. Aquel lugar parecía estar solo. Era como si fuesen ellos las únicas personas que allí hubiesen entrado alguna vez en quien sabía cuantos miles de años.