chapter iii.

691 62 39
                                    

Capítulo III: "Me reconocen, Percabeth se va a una misión y un mensaje iris"

Los pájaros cantaban, el sol brillaba y me desperté como si fuera una princesa.

Nunca. En. Mi. Vida.

Me desperté a causa del ruido de los truenos y de la lluvia —que por cierto amo—, y fui a bañarme.

Al salir, no había nadie despierto, así que salí con cuidado de la cabaña 11.

Claro, si con cuidado es casi tirar una lámpara y pisar a un campista.

Me sorprendió el hecho de que no llovía dentro del campamento, sólo estaba muy nublado.

Quise ir a entrenar para no parecer una floja, y me encontré con Percabeth.

Estaban discutiendo y se veían muy adorables.

«Ya se te salió tu vena shipper»

Megan de mi vida, de mi corazón...¡deja de molestar! ¡Tómate unas vacaciones o algo! Si que eres insoportable, tía.

—¡Hola, chicos! —saludé con ánimo. La lluvia me pone feliz.

—¡Hola, pequeña! —dijeron ambos.

—Bonito día, ¿no? —dije con una sonrisa. Ellos me estaban mirando raro.

—¿Tienes fiebre? Te llevaré con Michael Yew, de la cabaña de Apolo si quieres —dijo Annie.

—Por supuesto que no. Me gusta la lluvia.

—Oh bien. ¿Vienes a entrenar? —preguntó el sirenito.

—Sip.

—Seré tu instructor. No por nada soy el mejor espadachín del campamento —dijo con aires de orgullo.

—Los estaré vigilando desde las gradas, no quiero que le hagas daño a Oli, ya la estoy queriendo como una pequeña hermana —dijo Annie y yo me enternecí, pero no dije nada.

—¿Ya sabes usar una espada? —preguntó Percy y yo negué con la cabeza—. Bien, entonces empezaremos desde cero. Tienes que agarrar la espada desde el mango y...

—Percy, tal vez no se cómo usar una espada, pero no soy tonta.

—Espera... Tengo una idea, ¿Sabes de esgrima?

—Si, voy a clases desde que tengo memoria —respondí.

—Pues... Es básicamente lo mismo. Ahora imagínate que soy el Sr. D —dijo Percy, el Señor D, era Dionisio, el tipo con el que discutí en la Casa Grande—. Olivia Mildred, limpia todo o te convertiré en delfín —dijo imitando su voz.

Entonces ataqué a Percy con la espada y el se defendió con la suya. Ambas chocaban, pero como soy una Malfoy y mi orgullo está por las nubes, hice que su espada volara y lo arrinconé en un árbol, con la punta de mi espada en su garganta.

—Touche —dije, si que es parecido a la esgrima.

—Bien hecho, pequeña —me felicitó Percy.

La caracola sonó anunciando que era la hora del desayuno.

Me senté en la mesa de Hermes y todos me miraban con cara de fascinación. Al parecer ya había corrido el rumor de que derroté al gran Percy Jackson.

—¡Felicidades, pequeña bromista! —me dijeron los Stoll y los tres chocamos los puños—. Como recompensa, podrás hacer una broma con nosotros.

Hice una especie de baile de la victoria y ellos rieron.

—Siento que es un privilegio.

—Pues lo es y... Oh no. Ya no compartiremos cabaña —dijo Travis. Conseguí distinguirlos, Travis es un poco más alto que Connor.

YOUNG AND MENACE.Where stories live. Discover now