chapter ix.

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Capitulo IX: "Mi padre se enterará de esto, charla con Minnie y los descabellados planes de Di Angelo"

Caminaba felizmente por los pasillos de Hogwarts, en dirección al salón de encantamientos.

Era mi día feliz, o sea, ¡mi cumpleaños!

Y no hay nada que me ponga mas feliz que eso.

No había visto a los merodeadores 2.0 en todo el día, y ya me empezaba a asustar.

En el desayuno ninguno estaba, sólo Frank, que me deseó un feliz cumpleaños y salió corriendo por las puertas del Gran Comedor.

Luego de que el se fuera, entraron las lechuzas con nuestra correspondencia. No me sorprendió ver un montón de cartas y de regalos.

Mis padres me enviaron una carta diciendo feliz cumpleaños y un regalo... Con forma de escoba... Curioso... ¿Qué será?

Espero que se note el sarcasmo.

Mi abuela Cissy una caja llena de las galletas que hace ella, mis favoritas.

Los Potter un libro muggle. Según ellos, es muy importante que a mi me guste leer y por eso siempre me regalan libros.

El señor George uno de sus kit salta-clases.

Nico un libro de mitología.

Annie un libro de animales.

Percy un disco de The Beatles.

Y la lista seguía.

Teddy y Alice me dijeron que mi regalo me lo darían luego.

Sinceramente, no soy tan materialista, pero... Los regalos son regalos, ¿no?

Nuevamente me detuve a pensar en la misteriosa desaparición de los merodeadores.

Ya estaba en la puerta del salón de encantamientos cuando...

¡Un balde de pintura verde cae sobre mi!

Furiosa me limpió la pintura de mis ojos y logro ver a Potter retorciendose de la risa en el suelo.

También veo a los gemelos, a Fred y a Frank que me observaban con culpa.

-¡MI PADRE SE ENTERARÁ DE ESTO! -y salí corriendo, cuando choco con Molly.

-¡Hey! ¿Estás bien? ¿Quien te ha hecho eso? ¡En el día de tu cumpleaños! -me abraza, porque estaba sollozando.

-Tu primo... Es un idiota...

-Ya lo sabemos todos -sonreí-, pero un pajarito me dijo que te gustan las bromas tanto como a él...

Ya veo tus intenciones Molly, y me gustan.

En ese momento dejé de llorar, y mi pequeña sonrisa se transformó en una sonrisa maliciosa.

-Déjame pensarlo... ¡SI!

Y chocamos los puños.

Me despedí de ella y fui a mi habitación para bañarme.

Decidí saltarme el resto de las clases, e ir a las orillas del lago a hacer un mensaje iris.

Tenía que decirle a cierta diosa una de mis miles de inquietudes.

-Oh diosa Iris, acepta esta ofrenda y muéstrame a la diosa Hécate.

La imagen se distorsionó mostrándome a Hécate.

-Aunque no lo creas, estaba esperando tu llamado -dijo tranquila-. Y por cierto, feliz cumpleaños.

-Muchas gracias, Hécate. Creo que tenemos que hablar de algo importante...

YOUNG AND MENACE.Where stories live. Discover now