No lo beses

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Aún era temprano cuando Ishizu se levantó, una sonrisa, tal vez costumbrista, se asomó en mis labios al momento en que ella volteó hacia mi. Sí, torció los labios en disgusto al ver que me encontraba en la silla frente a la cama con la laptop en mi regazo.

"¿Seto?"

"Son sólo unos detalles" y volví a alzar otra sonrisa, "Mokuba se está ocupando del resto y quiero tenerlo listo antes de que él venga"

Ishizu asintió.

"¿Te gustaría desayunar?"

Mis ojos se levantaron de la pantalla hacia aquella quien sería mi esposa en unos días, y simplemente asentí. Ella se encaminó al baño para tomar una ducha después de plantarme un suave beso en mis labios.

Suspiré.

¿Qué me estaba sucediendo? ¿Casarme?

Con cuidado dejé la laptop en la pequeña mesita, caminando hacia el balcón. El sol ya estaba arriba y unas cuantas nubes le cubrían. Esa noche estaba decidido a terminar con ella. Pero algo se interpuso en el camino, ese extraño sentimiento en el pecho hizo que me concentrara en alguien más. En ella. En esos suaves ojos donde se refleja el cielo, esos dulces labios durazno y piel de seda. En Kisara.

Gracias a Ishizu conocí a Kisara. Y si estuviéramos en otra posición, Ishizu diría que es el destino. Así conocí a Ishizu, ella hablando de el destino.

Esos extraños sueños... Kisara estaba en ellos. Siempre estuvo allí para mi.

"¿Seto?"

Era la voz de Ishizu detrás de mi, sus típicas ropas elegantes y sobrias. Ella es toda una mujer de negocios.

"Necesitaba algo de aire"

"¿Me disculpas un momento? Iré a ver como está Kisara"

Un escalofrío sacudió mi cuerpo, nunca podré olvidar su rostro el momento en que pronuncié esas palabras. Asentí, retomando mi postura.

"Te esperaré en el lobby"

Ishizu sonrió, saliendo de la habitación.

'Cásate conmigo', esas palabras no eran para Ishizu. 'Terminamos', esa era la palabra para Ishizu.

"Kisara..." suspiré con el recuerdo de aquella enigmática mujer en la mente, su sonrisa, aquella línea curvada en sus labios, delgados y expresivos.

Con cada paso que daba su recuerdo me iba consumiendo. Y un terrible dolor se clavó en mi pecho, era algo extraño, algo que jamás había sentido antes. Era como gravedad.

Decidí esperar a Ishizu en nuestro lugar acostumbrado, mirando a las personas que iban y venían. En mi mente volvía a aparecer ella. Una y otra vez esa sonrisa, su voz... Suspiré. ¿Cómo decirle... No, cómo explicarle a Ishizu todo esto?

Las cosas se me había escapado de las manos.

Unas manos rodearon mis hombros. Levantado la mirada me encontré con aquella egipcia, tuve que alzar una suave sonrisa.

"¿Y cómo está ella?" Tuve que contener mis emociones, preguntando con cortesía.

Mi corazón latió más fuerte mientras Ishizu reía suavemente.

"Puede estar mejor, pero está bien"

Y contuve un suspiro, asintiendo. Ambos salimos del lobby hacia el auto que no esperaba, éste tomó el acostumbrado camino hacia un restaurant que se encontraba cerca del museo. Uno lujoso y extravagante.

"¿Qué opinas de Kisara?" Comentó Ishizu mientras miraba la carta, había una sonrisa extraña en sus labios. Incluso su voz era misteriosa.

"¿Huh?" enmarqué una ceja.

"Es una buena chica ¿no?"

"Muy..." hermosa, la verdad, "enamorada de su trabajo".

"Me gustaría ofrecerle un trabajo aquí"

¡Diablos!

"Además..." le dio un pequeño trago a su té, "Marik está interesado en ella..."

¿Marik...?

"Ya veo..."

¿Kisara con Marik? ¡Nunca!

"Bueno, es sólo un presentimiento"

"¿Destino?"

"Pensé que no te gustaban esas cosas" y rió a carcajadas, algo extraño en ella.

"Bueno, estoy acostumbrado"

No. La verdad es que tenía ganas de gritar, de aclarar la situación y sin embargo estaba cobardemente escudado en la excusa de no encontrar un tiempo perfecto.

Pero este era el tiempo perfecto ¿no?

"Ishizu, tengo algo que-"

Un sonido me hizo determe, los ojos de Ishizu rodaron hacia su bolsa. Suspiré, estaba tan cerca.

Mi mente se cerró, no podía dejar de pensar en ella.

"¡Sí, claro, pero regresen a tiempo!"

"¿Sucedió algo?"

"Nada..."

"Ishizu"

"¡Oh, te lo dije!" sonrió ampliamente, "Kisara acompañará a Marik a Dubai por unos negocios de mi hermano" y sus palabras se desvanacieron en mis oídos.

Rabia, sí. Un profundo sentimiento incontrolable de celos... Sí. ¿Kisara y Marik? No, existía algo más aquí. Ella jamás lo haría... ella... ¿Me amaba? ¿Me quería?

Tenía un mal presentimiento sobre esto.

Soy un hombre de negocios y sé cuando aceptar un trato. Y este trato de Kisara con Marik no lo acepto. Nunca había confiado en el otro Ishtar.

Pero Kisara se merecía felicidad.

Y mi compañía no era exactamente la felicidad pura.

"¿Estás... feliz?"

"Mi hermano siempre ha estado solo. Y Kisara es la pareja perfecta para él"

No, Ishizu, Kisara no es la pareja perfecta de Marik.

Y yo no soy la tuya.

"Tenemos que hablar..." descubrí que mi voz se volvió oscura, extraña.

"Claro, por supuesto" sonrió dulcemente mientras la comida llegaba.

"Es... una larga historia"

"Tenemos toda la tarde antes de la cena. Aunque supongo que si mi hermano ni Kisara estarán aquí... no tendremos cena"

"Es... acerca del prototipo" fingí una sonrisa.

Aclaremos el asunto: Kisara podía ser feliz con alguien más, aunque ese alguien fuera Marik. Y yo siemplemente me apartaría de su vida. No más engaños, no más juegos.

Egyptian GuitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora