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[ IX ]

Estar allí era incómodo. Yo no sabía qué decirle o qué hacer. Ambos pedimos americano, bueno... yo pedí, luego le pregunté y él sólo asintió.

Estaba tenso ¿Al salir de allí...debería llevarlo a su casa? Mi mirada estaba fija en la mesa, pensando en qué hacer, concentrado en las formas de la madera, hasta que una libreta pequeña se deslizó por la misma.

“Perdona que te haya traído hasta acá. Quería un café.”

Levanté mi mirada encontrando a JiMin sonriendo suavemente. Negué, digo, si me arrastró contra mi voluntad... pero... esas cosas no se dicen ¿o si?

Tomó nuevamente la libreta.

“¿Sabes?, ya me estaba aburriendo de las salidas de Tae, él me cree estúpido. Siempre me dice que son casualidades.”

Sonreí al leerlo. Él pensaba igual que yo, estaba cansado. Tomé la pluma y comencé a escribir, sé bien que él puede entenderme, pero... sólo lo hice.

“¿Y por qué accedías a salir con él?”

“Es mi amigo.”

“¿Sólo eso?”

“Tae me trata como un bebé, cree que si no salgo me deprimiré, es obvio que no. Ya le he dicho que prefiero quedarme en casa, o... ir a lugares tranquilos, pero para él eso es depresión. :(”

“Te entiendo.”

“¿Por qué hoy no vino tu amigo?”

“Tiene novia. ¿Y el tuyo? ¿por qué no vino?”

“No vive aquí, esa vez estaba de vacaciones...”

Asentí sin saber qué más decir, la incomodidad volvía a mí. Esperé a que el café llegara para poder terminar con todo esto. Y, sin que me percatara al instante, él volvió a tomar la libreta.

“Jamás te agradecí por el oso enorme.”

“No hay necesidad.”

“Si la hay, ahora esa cosa ocupa la mitad de mi cama.”

“¡Hey!, Al menos te conseguí un buen premio.”

“Sí... pero tu puntería es malísima.”

Sonreí de lado. Este mocoso estaba ganando confianza rápidamente.

“Entonces devuélveme el oso.”

“No, me ayuda cuando tengo frío.”

“No, lo quiero de vuelta porque mi puntería es malísima.”

“:D Sólo si me consigues otro.”

Volví a sonreír, no sé si por su atrevimiento, o por el hecho de que dibujaba caritas.

No lo negaré, la noche pasó tranquila, JiMin soltaba sonrisas a cada instante, y yo... yo me estaba relajando. En un momento ya nos encontrábamos hablando de películas, o de libros, o de la escuela y lo horrible que era.

Mi primer cita no oficial con JiMin fue cálida, con olor a café y a dulce de panecillos, manchada con risas suaves y migajas en las comisuras de sus labios.

Lo llevé a su casa, a paso lento, ninguno hacia algo para llamar la atención del contrario. Sólo caminábamos juntos.

Me despedí con una sonrisa al igual que él. Llegué a mi casa, mi hermano, la única persona con la que vivo, me miró y sonrió. Me quite la chaqueta y me acerqué a él.

Puedo jurar que ni siquiera sé por qué le pregunté, pero lo hice, sin siquiera mirarlo.

“¿Sabes dónde puedo aprender el lenguaje de señas?”

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No sé por cuánto tiempo seguiré con esto, supongo que mientras me llame la atención... lamento si algún día lo dejo así namáh... 😂 peeero~ ya quería actualizar este capítulo.