Cuando Chanyeol finalmente despertó, un enorme mareo le tomó por sorpresa.
Se levantó tambaleándose, sin recordar nada de lo que había pasado la noche anterior. Quedó largo rato parado hasta que un latente dolor en la cabeza empezó a remitir lentamente. Salió de su dormitorio, no sin antes dar un largo bostezo, abriendo su enorme hocico con largas hileras de colmillos de al menos seis centímetros. Pasó frente al hueco de Baekhyun y se llevó una sorpresa cuando el cachorro saltó frente a él. Chanyeol se sorprendió aun más cuando el empezó a moverse frenéticamente.
-"¡Chanyeol estás bien...! Lo estás, ¿verdad?".
-¿A qué te refieres? -dijo Chanyeol, parpadeando como un búho. Su desconcierto no era menor que el de Baekhyun.
-"¡Lo de anoche casi me dio un infarto! ¡¿Cómo... no recuerdas qué pasó?!" -le preguntó ahora el. Al ver a su amigo sacudiendo la cabeza con una sonrisa algo asustado en su cara de blanco perlado, el cachorro blanco y negro desesperó. Empezó a mover frenéticamente la cabeza a tal velocidad, que Chanyeol no pudo entender qué trataba de decirle. Varias veces Baekhyun hacía un movimiento, se paraba en seco y hacía otro. Solo para repetir el mismo procedimiento.
Chanyeol rió con malicia: era la forma en que su amigo tartamudeaba.
Baekhyun paró en seco: jamás le había oído esa risa. Le inquietaba, empezaba a preocuparse de verdad.
-Ya, Baekkie. Deja de balbucear. Anoche no ha pasado nada, de seguro has tenidos pesadillas. Ahora, ¡permiso! Hoy es nuestro primer día de escuela, ¡y no me lo quiero perder! -le contestó Chanyeol, rodeándolo y alejándose del pasillo en dirección a la sala; y dejando a Baekhyun mucho más confundido de lo que estaba hasta ese momento.
Entró en la espaciosa sala y encontró a sus tutores hablando delante de sus tazones de agua y carne. Al verlo, tuvieron el mismo comportamiento "extraño" de Baekhyun, y Chanyeol no tuvo otro remedio que tener el hocico permanentemente lleno de alimento, ya que la gran mayoría de preguntas que le hacían no las podía responder. Así que Caquio y Klaus se pusieron a discutir entre si sobre qué le podría haber pasado al cachorro. Al final, muy hartado, Chanyeol dio un potente ladrido (le encantaba hacer eso), y se interpuso entre los dos Lobos del Destino adultos.
-Caquio, Klaus; perdonen por no poder quedarnos a ver su divertida conversación. Pero Baek y yo llegamos tarde al colegio -dijo, y agarró del cogote a su sorprendido amigo (había llegado poco después de Chanyeol) y pasó por entre sus tutores aún más sorprendidos.
-Será mejor que le diga ahora mismo al Rey Kris lo que pasó anoche...
-Sí, sería lo mejor... -logró balbucear Klaus, mientras miraba a su protegido doblar el recodo del pasillo.
Esa conducta no era propia de Chanyeol, ni mucho menos. Algo había pasado durante el encuentro de aquel extraño ser de alas de humo y ojos fucsias, que había hecho ese cambio tan radical en el carácter del cachorro blanco...
Guiados algunas veces por otros Lobos, y otras guiándose por el olfato y el oído; Chayeol e Baekhyun se dirigieron al Hueco de Lecciones, donde se les enseñaba a los jóvenes y no tan jóvenes lobeznos su historia, sus poderes y muchas otras cosas más; como cazar. Hasta que por fin dieron con la entrada de la escuela. Ambos pasaron a la vez, con el corazón latiendo velozmente y las tripas encogidas de la emoción.
Deambularon largo rato por el extenso túnel, que a su vez se bifurcaba en varias oquedades donde Lobos les enseñaban a los lobeznos a su cargo. Hasta que dieron con un joven adulto de mirada traviesa, pelaje de diversos tonos de gris oscuro y negro y Marca verde en la pata izquierda trasera. Una pieza de tela de color naranja chillón le adornaba el cuello.
