"-Vámos Deku ¿Eres cobarde o qué?
—No...No lo soy —era un pequeño niño de rizos verdes de no más de seis años temblando en la cima del tobogán, observando con ojos llorosos a otro infante que lo esperaba enojado al final de este.
—¿Entonces qué esperas, ah? —el pequeño rubio pateó una piedra impaciente por subir él después de su amigo, pero ya pasó mucho tiempo y aquel niño seguía ahí.
—Tengo miedo Kacchan.
—¿Eh? ¿Me dices eso luego de tanto? ¿Entonces porqué no retrocedes y te bajas?
—Es que... —el peliverde miró hacia atrás, donde las escaleras bajaban en una tenebrosa vertical para sus inocentes ojos, obligándolo a sujetarse todavía más fuerte de los bordes—. ¡No!, Ka-Kacchan ¡Ayúdame!
-No puede ser, eres un... -al volver sus ojos escarlata a su amigo atorado en lo más alto detuvo sus insultos. Izuku estaba a punto del llanto aferrándose con ambos brazos al seguro del tobogán.
Katsuki trató de pensar rápido o sino el peliverde empezaría a llorar y eso era algo que el rubio cenizo no aguantaba mucho de él; además que, no había ser en el mundo capaz de calmarlo que no fuese su propia mamá, la señora Inko. Y si ella llegaba se llevaría a Izuku a casa, y él se quedaría sin nadie con quien jugar, y eso era algo que no deseaba cuando hace a penas unos instantes se habían reunido en el parque.
—Esta bien. Deku, no llores. Tengo una idea —dijo sonriente, logrando apaciguar un poco los ojitos húmedos de quien ahora lo miraba bien atento—. Yo te sujetaré aquí, te prometo que no te caerás.
—¡No! —Izuku cubrió su carita con ambas manos.
—Si no bajas, dejaré de jugar contigo.
—¡No! —retiró las manos quitándose las lágrimas de encima, todavía con miedo, pero con una chispa minúscula de decisión. Katsuki esperó a que Deku tomara aire para responder—. Es-... Esta bien, voy... voy a bajar.
—¡Si! —el pequeño rubio dio un brinco de gloria sonriente de haber logrado su objetivo.
—Pe-... Pero si no me sujetas...
-Tranquilo tonto, no te caerás -el rubiecito se colocó en posición al final del tobogán aún con la sonrisa marcada en el rostro, esperó a su amigo quien aún dudaba temblando, pero poco a poco iba soltándose del seguro-. Deku no dejaré que te lastimes, te lo prometo.
El niño de alborotados rizos verdes pudo sentirse más tranquilo al ver la seguridad con la que le hablaba Katsuki, y ver su sonrisa, tan clara y cálida como el mismo solo que abrigaba esa mañana a ambos niños, era la que mas lo incitaba a confiar en su mejor amigo.
Tragó saliva una vez más antes de soltarse por completo, aún temblaba al ver la altura en la que estaba, pero solo se enfocó en no apartar la vista del rubio que lo esperaba al final. Cerró los ojos con fuerza e impulsándose suavemente de los bordes empezó a deslizarse, y a sentir que el estómago se le subía al pecho.
—¡WAAA! ¡KACCHAN!
-Te tengo."
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Abrió los ojos de golpe, con el fuerte latido de su corazón sintiéndose incluso en la punta de sus dedos, su respiración entrecortada y el sudor frio resbalando por su frente. Aturdido por aquel recuerdo que vino a él en forma de un lúcido sueño, volteó la mirada hacia el reloj de la pared.
-6:27 -susurró. Extraña hora para despertarse un sábado, y por más que lo intentase no pudo volver a conciliar el sueño.
Sin más que hacer se levantó pesadez. No era la primera vez que soñaba cosas así, básicamente toda la semana se vio atormentado por recuerdos e ideas extrañas, tanto que tuvo la necesidad de pedirle a Kaminari uno de esos cigarros para intentar despejarse.
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Sonreír por ti (EDITANDO)
FanficUn día más o un día menos. Las horas pasan, los días pesan y no cambian. Son las mismas caras, las mismas voces y las mismas risas crueles. Como también el mismo silencio incómodo. Cada día se dice a sí mismo que las cosas pueden mejorar, que puede...