Capitulo I

31 1 2
                                        

Para algunos incluyéndome la vida era solo polvo, la existencia se basaba sin darle muchas vueltas a preservar la especie (nacer, reproducirse, morir). La monotonía era asfixiante e inevitable. Pero no actuaba para cambiar eso, no podía quejarme. No le daba importancia a las pequeñas cosas simplemente quería volar alto y desaparecer. Sin pensar que me arrepentiría de no apreciar lo que tenia y que la vida cruelmente me haría madurar.

Por más comun que pareciera mi vida la amaba aunque en ese momento no me había cuenta. Todo marchaba a su ritmo natural pero esa tarde cambio.

Llegaba de mi practica de basquetbol específicamente a las seis y quince estaba conversando con la sexi vecina, cuando cayó una enorme esfera gris del cielo; no había caído muy lejos solo a unas cuantas esquinas a pesar de la multitud intente acercarme, estaba a unos cuantos metros y empezaron a escucharse ruidos de puertas, quizás tornillos resbalando.

Algo me alerto creo que mi instinto y sin pensarlo mucho me aleje. Cuando gire bruscamente choque con una señora que estaba detrás me miro con cara de espanto señalando detrás en dirección a la esfera.

Apareció frente a nuestros ojos un magnifico, perfecto pero con aspecto de que llamaba al peligro un especie de robot, esos asiáticos eran todo unos loquillos que hacia tan lejos un prototipo, no estaba en la prensa mucho menos en el mercado imaginaba que este incidente crearía un conflicto internacional.

Nuestra fascinación se transformo en pánico cuando sus ojos se encendieron y apunto de manera siniestra hacia la multitud diciendo:

—Modo de ataque activado.

Corrí como si me quedaran pocos segundos de vida, en pocos minutos estaba frente a casa, mi madre acababa de llegar del trabajo y mi hermanita estaba jugando en la calle.

— ¡Mama!, mama súbanse al auto nos tenemos que ir vámonos los terroristas nos atacan—grite con miedo y desesperación.

— ¡Que te pasa Albert! Te has vuelto loco. Entonces se detuvo cuando escucho la gente gritando huyendo de las explosiones.

Subimos al auto, conduje porque mama temblaba y trataba de calmar a mi hermanita que aun no entendía nada de lo que sucedía. Nunca me habría dejado conducir de deprisa pero nuestra supervivencia dependía de ello, teníamos que alejarnos de la ciudad.

Pasamos por la entrada de la casa donde vivía la chica a quien le debía mis insomnios me dolía saber que podía pasarle algo, sin saber que no era ese playboy que le habían pintado o que yo mismo le había hecho creer con mis acciones. Al principio era puro deseo físico pero al conocerla se llevo esa paz y esa seguridad que había construido, no sé que sentía ella pero sus acciones me confundían solía ponerla nerviosa, cuando me acercaba demasiado no se molestaba, sus ojos me decían quédate y su mano me alejaba. No lo sé pero ahora mi familia era más importante no podía perder a nadie más.

Mi madre recibió una llamada de su esposo. Le suplico que tomara el camino más rápido al aeropuerto, tenía algunos  contactos y estos  nos pondrían a salvo en un refugio.

El aeropuerto estaba repleto de personas mi madre nos tomaba de las manos, pero algo o alguien me golpeo en la cabeza caí y no volví a ver a mi madre y hermana, corri, grite pero no las vi.

Cuando me canse, me di cuenta las había perdido no era lo suficientemente hombre para protegerlas sentí ese dolor en el pecho. Me senté a esperar la muerte, que valía la vida sin ellas. Estaba tan asustado que todo lo que había a mí alrededor se torno blanco y negro.

Creí que había muerto. Un ángel me tomó  de las manos y me dijo sígueme, allá estarás mejor, pero ¡qué diablos! yo no creía en el cielo y reaccione cuando estaba en el avión, a mi lado estaba una anciana que aunque sonreia resbalaban lagrimas a su camisón. La azafata nos recomendó no mirar por la ventanilla, no pude evitarlo y gracias a mi curiosidad me di cuenta que esta era mi peor pesadilla hecha realidad y si fuese un sueño quería despertar enseguida.

El avión dio varias vueltas en caso de que nos siguieran, no sabía a dónde carajos íbamos hasta que empecé a ver pequeñas islas desiertas.

Cuando llegamos a nuestros destino surgió el caos parecía que estaba en la historia bíblica de las torres de babel todos hablaban idiomas diferentes para mi suerte dominaba cuatro idiomas (español, ingles, francés y japonés) todo ello se debía a la estricta educación de mi madre. Había personas de diferentes etnias, culturas, clases sociales y supongo que manera de pensar también. La humanidad estaba siendo atacada por un enemigo conocido solo por el vasto universo o éramos la generación causante de la tercera guerra mundial y considerando que la tecnología estaba tan avanzada que los aviones se piloteaban solos, súper soldados, hacía falta solo un empujón para que nos destruyéramos los unos a los otros.

Amar En Medio Del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora