Una lluvia de meteoritos

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Ya nos encontrábamos las tres en la casa de Beth,  listas para comenzar el viaje, fue un poco extenso, pero al ver el hermoso paisaje, todo estaba lleno de trébol, habían árboles enormes, se escuchaban los pájaros cantar,el aburrimiento se fue de inmediato, aunque el paisaje de mi casa es muy parecido, primero saludamos a sus tios y luego empesamos a recorrer el terreno para buscar la mejor parte en la cual nos ibamos a instalar, finalmente decidimos ganarnos el un pequeño sitio donde no había nada solo árboles, era entremedio de dos cerros.

Instalamos todo, Beth estaba ordenando las cosas, Jane fue a buscar leña para la fogata y yo estaba armando la carpa, cuando terminamos nos dimos cuenta de que ya se estaba oscureciendo.

-Saben por que elegí esta precisa noche para acampar?- comentó Beth  con una pequeña sonrisa.

-¿Por que?-dijo Jane muy dudosa.

-Por que exactamente esta noche va a haber una lluvia de meteoritos y queria pasar esta noche tan especial con mis dos mejores amigas-respondió finalmente.

-Awww-dijimos en un unisonido, nos dimos un fuerte abrazo mientras admirábamos el hermoso cielo naranja comenzamos a cantar;
"cosas vienen y otras van, rápido o lento irán, duran poco, eso lo se, más nuestra amistad va a durarno por siempre.

Pasaron las horas, nosotras estabamos alrededor de nuestra fogata conversando y esperando que empezara el gran show.

Eran alrededor de las una de la mañana cuando Jane dirigió su mirada al cielo negro y se vio una pequeña luz pasar rápido.

-A comenzado-gritó, nosotras miramos de inmediato el cielo.

Durante un buen rato pudimos apreciar el hermoso cielo, de repente miramos al mismo tiempo un meteorito el cual brillaba mucho, escalamos un poco para poder apreciarlo más cerca.

-Se dirige hacía acá!- grité.

-Eso es imposible!- dijo Jane, Beth en cambio lo miraba muy detenidamente dijo.

-Tienes razón.

Las tres nos quedamos viendolo, cuando ya estaba próximo a aterrizar comenzo a detenerse hasta pasar cerca de nosotras y estrellarse a unos cuanto metros de nuestra carpa, bajamos corriendo hasta ya estar a un metro de la pequeña esfera, la cual todavía brillaba un poco.

Amistad, algo más que una palabraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora