Amistad, algo más que una palabra

Todo comenzo cuando yo tenia nueve años, estaba hospitalizada, en la sala de reposo habia una niña llamada Annabeth, tenia una mirada triste asi que me dispuse a jugar con ella, nos divertimos mucho, los dias fueron transcurriendo y nos hicimos muy buenas amigas, días después a Annabeth la dieron de alta.

Transcurrieron dos años después de la ultima vez que la vi y en ese tiempo siempre la busque, cada vez que salía con mis padres y mis hermanos a hacer las compras miraba por todas partes esperando algún día volverla a ver, yo estaba cursando cuarto básico cuando me cambiaron de escuela, el primer día de clases se acercaba y yo tenía mucha inquietud por si iba a ser aceptada o no.

El primer  dia llegó y todas las niñas se me acercaba para preguntarme si queria jugar con ellas

-¡Si!, me encantaria-les respondia.

Entre todos mis compañeros había un grupo de niñas que simplemente me ignoraban pero yo no las tomaba en cuenta.

Los años pasaron yo ya estaba en sexto, un dia me acerque a una de ellas, se llamaba Annabeth, era muy poco sociable, pero lo que mas resaltaba en ella era su gran sabiduría, su nombre no me parecio ninguna coincidencia ya que era un nombre común, al seguir conversando llegamos al tema de las buenas amigas que uno obtiene cuando esta  hospitalizada, yo por otra parte le conté que hace años hice una amiga en el hospital llamada igual que ella, con la cual jugue y nos hicimos grandes amigas.

-Tú cuando pequeña tenias un rompecabeza el cual lo compartiste con la niña de al lado tuyo-dijo con un poco de emoción en su rostro pálido.

-Si, ¿porque?-le respondi.

-Porque esa niña era yo-mi corazón se detuvo por un par de segundos, no lo podia creer, nos dimos un abrazo y de ahí en adelante fuimos inseparables.