Familia

855 52 6
                                    

Con el paso de los días, la rutina se vio afectada para Marty, tanto en su trabajo, como en su vida privada. En el café, Adrián aprovechaba los momentos que el menor tenía libres, para acapararlo y llenarlo de cariños, algo que el pelinegro disfrutaba al máximo; en las noches, el universitario pasó más días en el departamento de su novio, que en su propia casa, tanto, que casi toda la ropa del menor, estaba ya en el guardarropa del ojiazul, así como alguna que otra prenda que el castaño le había comprado, como regalo, incluyendo una pijama que le quedaba grande, pero, que según el otro, lo hacía ver lindo.

Marty se encontraba tranquilo y emocionado; su pareja lo cuidaba y se preocupaba por él, además, se desvivía en pequeños y grandes detalles. La relación entre ambos era beneficiada, porque los padres del pelinegro aceptaban la misma sin problemas; especialmente su madre, quien se aprovechaba siempre que el ojiazul se quedaba platicando con ellos, en su casa, obteniendo recetas de Adrián y algunos trucos para la cocina.

Al acercarse noche buena, el café se preparaba para la cena navideña; y ya todos la esperaban con ansias. Dos días antes de la cena, Lizy decidió presionar a su primo, para que decidiera que preparar.


* * *


-Entonces, ¿qué cocinarás? – la rubia estaba inclinada en la mesa de trabajo de su primo con una libreta y una pluma, apuntando lo que se necesitaría para la cena – ¿Pavo o pierna? – indagó con curiosidad.

-Yo preferiría pierna – comentó el ojiazul mientras colocaba la cubierta de queso sobre un pastel – pero, pregúntale a Marty...

Lizy sonrió – así que, ¿para todo hay que pedirle permiso a Marty? – se burló.

-No digas nada – Adrián la miró de reojo – que Fabián también te pide permiso para todo lo que hace...

-Eso es diferente – respondió ella – pero bueno, entonces le pregunto a Marty...

-¿Qué dijo Lily? – preguntó el castaño.

-La 'arpia' dijo que lo que quisiera, ella solo se iba a encargar de los adornos y la bebida...

-¡¿La dejaste encargarse de la bebida?! – Adrián se sorprendió – no, no – negó – significa que tendrá 'resaca' por tres días...

-¡No exageres! – Lizy cerró la libreta.

-La conozco, Lily no sabe decir 'basta' cuando se trata de tragos...

-No creo que lo haga, recuerda que van a venir mis tíos...

El castaño suspiró – eso será peor – dijo con cansancio – mi madre también va a beber y nadie le pondrá un alto a Lilian...

La ojiazul negó, se le hacía que su primo era demasiado dramático – bien, veré que dice Marty, vuelvo – anunció y salió de la cocina, dejando al castaño con una sonrisa en los labios, producto de escuchar el nombre de su novio.

Marty, Eduardo y Beatriz, estaban atendiendo el café y la pastelería; a diferencia de lo esperado, a pesar de ser vacaciones, tenían muchos clientes.

-Marty...

Al escuchar su nombre, el pelinegro levantó la mirada y Lizy le hizo una seña para que se acercara; el de lentes terminó de atender a sus clientes y fue con ella.

-¿Qué pasa?

-¿Qué prefieres, pierna o pavo? – preguntó directamente.

-¿Para qué? – el menor levantó una ceja sin comprender del todo la pregunta.

Chocolate, PâtissierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora