La Dama del Bosque (PAUSADA)

Prólogo

Era uno de esos días en lo que todo parecía estar bien que nada extraordinario pasaría.

Y luego llega él...

El frio... silencio... Es curioso como en la vida se apaga todo en un instante, sin aviso alguno, te crees la reina o el rey del mundo y llega el triste momento en el cual te das cuenta que no eres más que un títere, frente a un público desagradable que critica hasta el más mínimo suspiro.

Díganmelo a mí... Solía estar enamorada de la vida... del amor... parecía tenerlo todo para ser feliz, pero el amor fue mi destrucción ... confiar ciegamente en alguien que me amaba... me amaba eso lo tenía claro... me amaba con cada célula de su cuerpo y más.

Daba todo por él... pero no todo es como se supone debería , a pesar de ser muy femenina, odiaba todo lo fresa, era muy fuerte, una aventurera capaz de dar todo por mis amigos, familiares e incluso por un desconocido.

Aquello fue precisamente lo que me trajo aquí... a este lugar, un lugar tan vacio... frio y demoledor... no había felicidad era como si todo lo bueno y bonito no existiera aquí.

Nada aquí tenía el más mínimo sentido, solo pasillos con columnas de mármol interminables, azulejos blancos y negros, neblina, un tono gris en el ambiente, los mismo canticos que venía escuchando hace mucho tiempo, corría pero no veía nada ni a nadie.

Los incesantes llantos, gritos, susurros... enloqueceré...

No entendía que sucedía hasta que me vi, corrí y corrí hasta llegar al final de un pasillo donde el suelo ya no existía más, y allí estaba tendida sin vida, con un agujero en mi pecho justo donde habitaba mi corazón.

Vi partir a mi amor abandonándome allí, sin el más mínimo atisbo de duda, grité y grité pero nunca me escuchó.

Entonces recordé todo lo que había pasado y como había comenzado, mi mente repasaba todos los detalles que desde un principio me trajeron hasta aquí.

Y allí justo en ese momento cuando entendí todo me convertí. En un ser vagabundo que nunca concibió la paz.

Me convertí.

En la dama del bosque...