Katerinne Delmonico...

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Miércoles 30 de noviembre de 2011.

˗ ¡Papá! – Vociferé tres veces seguidas y solo obtuve una leve respuesta, muy pausada y delicada de Don Pietro Lorenzo Delmonico, el hombre de mi vida.

Blanco de metro ochenta, pelo canuco, ojos de color miel, labios finos de color rosa apagado debido a su edad, no era viejo pero ya estaba entrado en edad, tenía un semblante muy fino, digno de un Delmonico.

˗¿Si? Hija.... – Preguntó suavemente.

˗¿¡Donde están mis tulipanes!?. – Pregunté arrastrando las palabras entre dientes, debido a lo molesta que estaba, me hace mudarme del lugar en el cual había forjado una vida y Ni siquiera tiene el descaro de darme algo que me guste, es un descarado.

˗ Pensé que un cambio en la nueva casa seria de provecho. – Dijo delicadamente sin apartar la vista de su periódico.

Si... todavía existen personas que leen periódicos, por ejemplo el obsoleto de mi padre, dueño de un imperio y sigue leyendo esa cosa.

˗ No... no me gustan estas flores. – Dije exigente.

˗ No es cuestión de gustos... – Dijo dejando un suspiro al aire.

˗¿Recuerdas el fuego en la otra casa...?– Pregunté insinuante, mientras este se ponía en pie y me daba la cara, No fue un accidente... - Dije con una sonrisa ladeada tan maléfica como hechizante, era la sonrisa de mi madre. ˗ Quiero tulipanes. – Dije cortante.

˗ No se puede plantar solo tulipanes... tienes una obsesión con esas flores... Es insano. –Dijo con una expresión llena de espanto.

˗Holanda.... . – Dije malignamente.

˗ ¿Qué?. – Preguntó lleno de confusión.

˗¿Recuerdas tu viaje de negocios a Alemania, cuando tus maletas acabaron misteriosamente en Holanda y tuviste que ir por ellas?. – Dije con una sonrisa abierta.

˗ ¿Cómo...?.

˗ ¿Se ven muy lindos los tulipanes desde el cielo, no? –Pregunté mientras me regodeaba en mi maldad.

˗ Pero...

˗ Quiero tulipanes dije. – Y así como había llegado me fui.

No odiaba  este lugar era muy hermoso, pero extrañaba mi antigua casa.

En la cima de una montaña se podía ver la mansión de los supuestos vecinos, era algo enorme y muy ostentoso, eran asquerosamente millonarios al igual que nosotros, pero nosotros no éramos tan vistosos, nos gustaba lo elegante y simple además para que tanto mugroso espacio si solo éramos mi padre y yo.

Mi madre había muerto en un accidente cuando era niña y creo que ninguno de los dos lo ha superado totalmente, por eso cuando me sugirió mudarme, solo pensé, ¿Cómo dejaríamos aquí el cadáver de mi madre?.

No quería dejarlo, en el mausoleo familiar, pero según mi padre esto solo era temporal y yo podría viajar cuando quisiera a la antigua casa.

Me pase todo ese día pensando razones por las cuales no debía irme de Moscú hacia Ukrania-Kiev.

Viernes 25 de Noviembre de 2011

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2016 ⏰

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La  Dama  del  Bosque (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora