La Princesa de la Torre

Capitulo 11

MATSURI P.O.V.

Por alguna extraña razón, la presencia se había alejado, pero no había desaparecido. Ya había amanecido y seguíamos caminando. Ellos aún no habían aparecido. Y, a pesar de que estuvimos caminando, no desaparecía. Era como si... Nos estuviera siguiendo.

Pero, un animal ¿cómo va a pensar en seguirnos y no en atacarnos al sentirnos?

El sol ya brillaba con fuerza y la presencia aún seguía allí. Me estaba preocupando, había confirmado mis sospechas de que nos estaban siguiendo. Podría ser... Uno de esos monstruos mencionados por el doctor en sus rollos. No recordaba su nombre de pila, pero recordaba que eran seres con silueta humana y presencia monstruosa.

De repente, sentí que la presencia aumentaba considerablemente rápido.

- ¡Ahí viene! - grité. Cuando mis compañeros se voltearon como reacción, él ya estaba aquí.

Era tan extraño... Era muy pálido, por completo, y tenía el pelo de un verde tan oscuro que podía pasar por negro atado en una cola de caballo. La cola le llegaba hasta la espalda baja. Sus ojos eran color verde brillante y... Estaba flotando sobre nosotros.

- Vaya, ¿qué tenemos aquí? - habló. Su voz era aguda, chillona, molesta. Descendió un poco, aún sin tocar el suelo, acercándose a Kate. Tenía una sonrisa burlona en su rostro. La miró de cerca con una cara extraña. Todos estábamos inmóviles, sorprendidos. - tú fuiste quien congeló tres núcras del bosque, ¿no?... - de repente, la sonrisa desapareció, se tornó completamente serio y su mirada pasó a ser sombría y cruda. - ¿Debo asumir que tú asesinaste a mi pequeño escarabajo?

Kate negó velozmente. Nadie sabía qué hacer.

- Entonces, ¿quién ha sido? - descendió completamente hasta tocar el suelo. Ahí pudimos fijarnos en que era muy alto, muy delgado, y se veía joven... Algo mayor que nosotros y Konoth, pero joven. - le recomiendo que se entregue, así sería más fácil para todos.

¿Quién es este? ¿Qué es lo que busca?

- He sido yo. - escuchamos a Darrel. En un abrir y cerrar de ojos él estaba flotando, como antes, esta vez con el cuello de Darrel entre sus manos, apretándolo con fuerza.

- ¿Cómo te atreves a hacerle daño y decapitar tan cruelmente a una de mis creaciones? - espetó entre dientes. Disparé una de mis flechas, reaccionando a una velocidad que hasta a mí me había sorprendido.

El muchacho la esquivó en un rápido movimiento, obviamente le había tomado por sorpresa. Sin embargo, había una fina línea escarlata en su mejilla blanca como la nieve.

Soltó a Darrel, quien hacia esfuerzos inmensos por llenar sus pulmones de aire otra vez. El se acercó a mí lentamente.

- ¿Cómo te atreviste? - preguntó, con esa mirada sombría otra vez. - eres una chiquilla traviesa.

- ¿Quién eres? - pregunté, mirándolo directamente a los ojos, desafiándolo.

- Mi nombre es Leo... Soy el creador de todos los monstruos que habitan en este bosque... Y trabajo para el rey... Eso los convierte en mis enemigos, humanos reales. - dijo, con esa sonrisa burlona otra vez.

- ¡Una completa pena! - Grité, mientras intentaba clavarle una de mis flechas en el abdomen. Pero él fue más rápido. Increíblemente rápido. Contra un humano normal, no hubiera habido tiempo para reaccionar y contraatacar ese movimiento, pero él no era normal. Tomó mi mano y en un rápido movimiento tenía mi cabeza contra la tierra, presionándola.