Entré a la cocina buscando a los chicos cuando lo que captaron mis ojos me dejo sin palabras, un notablemente sonrojado Jason sentado sobre la mesada y un tranquilo Luca entre sus piernas abrazándolo por el cuello estando increíblemente cerca. Volví sobre mis pasos, a la sala, y desde ahí en tono alto -Chicos? donde están?- Casi de inmediato aparecieron por la puerta de la cocina como si nada hubiera pasado.- Que hacían?- pregunté haciéndome el tonto, no quería que supieran que los había visto. -Nada, solo te esperábamos- habló Jason mirando a la pared rehuyendo mi mirada. Antes solo sospechaba pero ahora estaba seguro de que algo pasaba entre ellos, y tarde o temprano lo averiguaría. Aunque preferiría que ellos mismos me lo contaran, no los juzgaría ni reprocharía nada, pero eso ya era su decisión.
Eran casi las 3 de la tarde y propuse ir al centro comercial o al cine, lo que sea para pasar la tarde del Domingo. Los chicos aceptaron y salimos. Fuimos caminando mientras hablábamos de cualquier tontería. Llegamos y los chicos fueron primero a una tienda de revistas y cómics, a veces parecían niños. Luego de salir de ahí fuimos a la heladería, pedimos tres conos, el mio de vainilla, Luca de chocolate y Jason de Dulce de leche, nos sentamos en una de las mesas de afuera a disfrutar de nuestras delicias. Estábamos pasando un muy buen momento contando chistes y riendo como niños pequeños. Sin duda no los cambiaría por nada. Una ves que terminamos de comer nos levantamos para volver a la casa. Íbamos saliendo del centro cuando mis ojos se encuentran con una intensa mirada azul-grisácea que me observaba desde dentro de una tienda de ropa junto a la puerta principal. Me detuve en cuanto reconocí a la persona dueña de esa mirada. Miré a los chicos y les dije que se adelantaran, que los alcanzaría después. Ellos sonrieron y salieron por la puerta.
Me acerqué lentamente a la ventana de la tienda buscando con la vista a la muchacha, logré verla de espaldas mientras inspeccionaba unas prendas de un guarda ropas. Sin pensarlo dos veces ingresé al local y me dirigí a donde ella estaba, al parecer se estaba volviendo costumbre encontrarla en ese lugar. Traté de no hacer ruido mientras me acercaba, no quería que se diera cuenta y huyera de nuevo. Una ves parado detrás de ella hablé -Hola Jasmin.- Dije en tono despreocupado. Note como se sobresalto al oír mi voz tan cerca. Se giro lentamente hasta quedar frente a frente con migo, esbocé una sonrisa y ella por fin habló -Ho..hola- tartamudeó y bajo la mirada al piso. Tomé su mentón e hice que mi mirara- Por qué bajas la mirada?- pregunté confundido. - Yo... no lo se, es costumbre...creo.- respondió nerviosa. -Ya no lo hagas.- Dije seguro de mis palabras. Ella solo se limito a asentir con la cabeza. -Quieres tomar algo?- pregunté con la esperanza de que no me rechazara. -Me encantaría, pero no puedo. Tengo una cena familiar esta noche y estaba buscando algo para ponerme. - dijo esta vez mirándome a los ojos.
-ohh.... supongo que tus amigas te deben estar esperando entonces- respondí con un poco de decepción en mi voz. Estaba por alejarme cuando sentí un agarre en mi muñeca, volteé y vi como sonreía tímida.
-De hecho... estoy sola, y me vendría bien la opinión de alguien.- Una sonrisa no tardo en aparecer en mis labios. Acepté y comenzamos a buscar por todo el lugar, me dirigí a la parte trasera de la tienda ya que era la única que faltaba por ver. Revisé todos los percheros hasta que un hermoso vestido azul apareció ante mi. Tenía encaje de flores en toda su superficie y se pegaba al cuerpo, era corto pero muy bonito. Sin dudarlo lo tomé y fui hasta donde Jasmin estaba, la llamé y volteó mientras una sonrisa aparecía en sus labios. -Qué te parece?- pregunté dudoso. Ella solo asintió, tomó el vestido y comenzó a saltar con una enorme sonrisa en su cara. Sentí un gran alivio al saber que le había gustado. Corrió al vestidor y se lo probó, al cabo de unos minutos salió con el vestido puesto. -Como me queda?- preguntó ella con una sonrisa tímida. No podía hablar, me había quedado sin palabras, lo único que podía hacer era asentir reiteradas veces con cara de idiota, que debió ser digna de fotografiar. Se dio la vuelta para verse en un espejo que estaba junto a los probadores, podía notar como de verdad le gustaba lo que tenia puesto. Me observaba a través del espejo, esperando a que dijera algo. Salí de mi trance y por fin logré articular palabra. -Es...estas muy....muy linda- tartamudee nervioso. Volteó a verme y esbozó una gran sonrisa. Me sentía de maravilla de solo saber que esa sonrisa era solo para mi.
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La chica vestida de negro. (Pausada)
Romance-Por que estas sola?- pregunté. -He venido con una amiga, pero un chico la invito a bailar y me dejo sola- contesto mirando hacia todos lados, buscando a alguien, probablem...