Prologo

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Holi :v

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El jardín era iluminado por los rayos del sol que atravesaban los cristales del jardín en el que tanto había pagado el señor Xavier, debajo de un árbol, en un columpio echo por uno de los mayordomos de la casa, estaba sentado un niño de 7 años mirando a los insectos volar, caminar y arrastrarse, su vida era la mas miserable de todas, siendo el primogénito de la familia tenía que seguir los mismos pasos de su padre y poder mantener la casa viva con una familia en un futuro, algo que el no podía hacer por que obvio, los bebes caían del cielo por una cigüeña, echo contado por su madre a la que tanto quería y respetaba de todos; sus ojos fijaban el cielo azul como el mar y notaba las bolas de azúcar en el moverse, su atención fue robada por otro niño de 12 años con cabello casi rubio-castaño, ojos verdosos con un contorno café y una estatura exacta para su edad con la vista plantada en la misma dirección que el, a ambos parecía cautivarlos lo mismo, estaba tan atento a el que su cerebro comenzó a funcionar cuando el chico mas alto dio un alto y largo suspiro mientras cerraba los ojos, de inmediato el mas pequeño volteo la vista y disimulo el no verlo.

-Son como tus ojos- sus ojos se abrieron junto con su pequeña boca, jamas había escuchado decir eso mas que a su madre, no noto que el estaba a 5 metros de el después de decir eso.
-Soy Erik Lensherr- dijo con la mas hermosa de las sonrisas, extendiendo su mano hacia el castaño con amabilidad.
-Charles... -en cambio, el era tímido y muy cerrado, levanto un poco la mano para poder saludar de forma insegura e inmediatamente su mano fue robada por el mas alto meneando de arriba a abajo sus manos para tener una formal y cálida presentación, el castaño se levanto del columpio e hizo su mejor esfuerzo por parecer alto, claro fue inútil puesto que el tan solo tenía 7, hizo un pequeño puchero notable para el mayo quien, cautivado por la lindura de este le apretó uno de los cachetes, de inmediato fue retirada su mano con miedo y con la cabeza del menor agachado mirando el suelo.
-Perdona... -dijo charles, su cabeza fue subiendo poco a poco por la mano del mayor que la levantaba de la barbilla, su cara por fin quedo frente a la de el, tímidamente sus ojos se posaban en los del otro quien aun mantenía la sonrisa, dio un lindo beso en la frente del menor y quito su mano.
-Que no te de miedo conocer a otros, no tienes nada que temer.
-Pero, pueden hacerme daño... y no quiero que pase eso...
El chico mas alto tomo ambas manos del menor y las encerró en las suyas, dio otro beso en estas y su sonrisa se hizo mas grande aun dejando a la vista sus dientes, el mas chico echo a reír con esto y bajo la mirada para poder seguir riendo.
-Perdona perdona, es que, tienes una sonrisa de tiburón muy linda-este comentario hizo sonrojar al mayor, la risa de este lo enredo y no tardo en seguirlo, pronto las risas fueron bajando, el sol lanzo un rayo al lugar donde estos estaban, pronto el chico mayor se inclino, su peso estaba recargado mas en una pierna que en otra, aun no soltaba las manos del pequeño quien preocupado por la acción de este volvió a asustarse.
-Eres una de las cosas mas hermosas que eh visto en mi vida, cásate conmigo, quiero tenerte siempre conmigo, y cuando tengas miedo...siempre recuerda me junto con mi promesa, cuando seamos grandes, ni dios nos podrá separar...
Ese día era el mas glorioso de su vida; por la tarde el mayor junto con su familia tuvieron que partir, pero no sin antes despedirse de la forma en que un par de amantes lo haría, con un beso sellado por los labios de ambos, el mejor día de su vida, después de perder de vista a su prometido secreto fue corriendo por su madre al cuarto, abriendo la puerta de la forma menos brusca pero lo mas rápido que pudo, su madre sorprendida por la forma en que entro y la enorme sonrisa incapaz de borrar pregunto lo mas rápido que pudo, y, al escuchar la historia de su hijo quedo enamorada de su suerte.
-Que tus deseos se cumplan con la menor espera y cuando llegue el día que las rosas caigan sobre tu caríta y los bendigan con la palabra de dios y que el arroz nunca falte- su madre abrazo con fuerza a su hijo, sus lagrimas la amenazaban pero pudo contenerlas, se separo un poco de el y lo miro un poco mas seria- no cuentes esto a tu padre, solo lo dejaremos para nosotros, ¿de acuerdo? el diablo no va a separarlos nunca...- el niño prometió esto con tanta alegría, esperaría ese día, lo haría por siempre, cada día de su vida se recordaría el porque seguiría con su vida, el por que de todas las mañanas que se levantaría, el por que de todas las clases que tomaría, el por que lo amaría, para toda su vida

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aun no acabo :v, es el primer día y voy a escribir el prologo y el capitulo pero no en esta. Espero que les haya gustado.

Promesas para toda la vida. (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora