Amor, no en este caso

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Algo que comenzó a amar Charles era la forma única en que Erik lo hacia sentir, como todos los que están enamorados, pero, en el causaba un toque de pasión combinado con algo amargo y dulce donde hacían fundirlo y derretirse por el calor, como tocar el cielo, sintiendo el suave de las nubes, caer de una cascada, desde lo mas alto del edificio mas grande del mundo, así se sentía Charles, cada toque, cada beso, caricia, lo volvían loco, lo hacían divagar a lo mas oscuro de sus sensaciones, sus manos ya no aguantaban su propio peso, la verdad que era un poco incomodo estar recostado en la mesa de la oficina del cobrizo, podía sentir la fría madera tocar sus pezones y endurecerlos, sus fuerzas no aguantaron y se dejaron caer, antes de dar el azotón en el escritorio Erik llevo una de sus manos al pecho contrario evitando la caída, poco a poco su pecho fue tocando completamente el escritorio, Erik aprovecho esto para poder observar detenidamente el cuerpo del chico, los muslos marcados en el vestido, su espalda y pecho descubierto, sus piernas bien abiertas, pudo presenciar lo que nadie podría ahora, la belleza del cuerpo de este, podía notar aun mas la blanca piel del chico, sus delgadas piernas, su debilidad ante el, sabia que lo provocaba, y es que esa era la intención, pensó que tal vez seria mas difícil, pero se lo había facilitado todo, todo el se estaba entregando a probar del fruto prohibido de Erik, y aun estando consiente de que no sentía nada por el, lo estaba haciendo, le estaba dando el placer de darle todo lo que era suyo, Erik no se atrevía a verlo a los ojos, no se atrevía a ver su rostro al momento, por eso prefería ponerlo contra la padre o cualquier cosa, solo con la condición de jamás tener que ver su cara durante el acto, no tardo en llevar con su mano su miembro a la entrada del mas joven, pasándolo por encima, rozando, empujando falsamente con la falda arriba de su trasero, las pamesa habían quedado en el suelo aun atrapadas en las piernas de Charles, la liga negra seguía en su lugar, esa en definitiva no pensaba quitarla de su pierna, llegó el momento que ambos habían esperado, deseado, tal vez, dejo pasar su miembro por entre las paredes estrechas del chico, poco a poco avanzaba hasta quedar completamente dentro, sabia que esto le estaba doliendo, miraba desde su posición como las uñas de Charles se clavaban en el escritorio, comenzaba a tornarse rojo, no solo toda su piel, también su entrada, su ano se estaba poniendo rojo, como si fuera algún animal en celo, y poco a poco comenzó a empujarse hacia enfrente aun sabiendo el dolor en el trasero que le estaba provocando, levanto un poco la pierna contraria y le poso sobre la mesa, existe una investigación que dice "todos los humanos somos masoquistas, cuando duele algo o tenemos algún accidente nos duele, sin embargo extrañamente nos gusta sentir ese dolor y repetirlo mas veces", pronto Charles dejo de sentir dolor y consiguió placer, eso esperan que escriba? Pues no, el dolor en un principio se sentía agudo, insoportable, era tan doloroso que le encanto, el placer jamas se presento, el placer de ser golpeado en su punto g jamas llego, sin embargo,el dulce sabor del dolor tocando su punto mas delicado dentro de el, azotándolo y repitiendo lo mismo una y otra vez si era lo que estaba dentro de el, Charles le dolía yese dolor lo hipnotizaba, no tardo en jadear poco a poco y luego gemir, gemir con todas sus fuerzas el nombre contrario, levanto su cara, su lengua salio de su boca y quedo al aire respirando todo lo que podía, intentando llenar sus pulmones para luego volver a gritar el nombre del que lo estaba cabalgando, se sentía tan bien, tan excitante, tan amargo y dulce, Erik no podía, mas bien, no evitaba el poder ver el trasero de Charles, redondo, rosado, subiendo su mirada a su espalda encorvada hacia adentro, podía sentir como chocaba con algo duro, una pared que pronto termino pasando y entrando aun mas, Charles al sentir este efecto termino corriéndose en el escritorio, manchando su vientre y la madera sobre la que estaba, era tan satisfactorio, sentía que volaba, sentía como su cabeza se volvía loca y como su miembro volvía a despertar al sentir de nuevo las embestidas del cobrizo, cada vez que el se corría Erik caminaba con este csrgadolo en se brazos y cambiando de posición en ada lugar, en el suelo, brincando sobre; en la pared, azotado contra esta; levantando su pierna, ambas piernas; cada momento era exquisito para ambos.
Llego la mañana, como debía ser cada día, el primero en abrir los ojos fue Erik deleitando la primera escena del día, Charles de espaldas en su cama como marcas rojas, moretones, mordidas, no sólo en su espalda, en todo su cuerpo, piernas, trasero, cuello, tobillos, brazos, todo en el estaba rojo, se levanto mareado, llevo una de sus manos a su cabello y se sentó en la cama mirando por la ventana el sol, una vista que jamas había visto, acaso algo había cambiado? Se levanto de su cama, tomo algo de ropa y se cambio, no estaba bañado, pero nadie lo notaría, se acomodo la corbata, su camisa, su saco y salio, como si nada, el trabajo no podía esperar, y es que sin este no vivía, y por que el era responsable de el, cerro la puerta con el mayor cuidado, no quería despertarlo, y después de estar fuera de casa grito de emisión, había cumplido su objetivo, ahora su mujer estaría satisfecha, pero, que había de Charles?
Charles despertó después de la 1 de la tarde, estaba cansado, se sentía pegajoso y pesado del cuerpo, se levanto de la cama, una sonrisa se dibujo en sus labios, estiro su cuerpo y se encamino al baño, se tomo una ducha para sentirse mejor, algo que también había notado era el clima, en sol brillaba como el, el cambio de ambiente lo había echo aun mas mejor, chillo o mas bajo, por fin había tenido algo con el amor de su vida, con el hombre que había esperado, pero ahora que pasaría, como se lo tomaría después de esto? No importaba la verdad, estaba mejor sabiendo que por fin lo había notado, y que después de esto podía confesarse, podía decirle lo que había esperado por el, lo que llegó a sufrir por el, porque después de todo el sabía que era el, el niño que había conquistado su corazón y con el que siempre estaría comprometido. Era el mejor día de todos, el mejor maldito día de toda su estúpida y aburrida vida.
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Promesas para toda la vida. (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora