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Al llegar a la cabaña, entraron y cerraron la puerta con seguro, junto a todas las ventanas, cosa que les pareció muy extraño a los gemelos.

-Tenemos que hablar con ustedes, chicos.-comenzó el de seis dedos, serio.

-¿De que tío Ford?-ambos preguntaron al unisono.

-Dice mi hermano Nerd que deben irse antes de que acaben las vacaciones.-contestó Stan con una notoria frustración.

-¡¿Que?!-cuestionó la menor.

-¡¿Por qué?!-le siguió su gemelo.

-Hay un gran peligro por la Antártida y debemos ir, no podemos dejarlos solos en la cabaña, sus padres se darían cuenta, ya saben, sin querer terminamos en las noticias nacionales.-explicó Ford con tristeza.

-¡Estamos a mitad del verano! Además, tenemos 15 años, podemos cuidarnos solos.-reclamó la castaña.

-Temo que no es así de fácil niños, su tío Stan y yo ya hemos llamado a sus padres para avisarles que llegarán antes de lo planeado.

Mabel y Mason se miraron, pensando en algún plan para poder quedarse más tiempo, pero ninguno de los dos tenía ideas coherentes.

-P-Pero, Wendy, o Soos y Melody nos pueden cuidar, ¿no?-la castaña estaba a punto de romper en lágrimas.

-No Mabel, Wendy esta en Portland, y Soos... No puede, debe cuidar a Melody.-ambos niños miraron a Stanley con preocupación.

-¿Cuidar a Melody? ¿Que le paso?-ahora el castaño preguntó con mayor preocupación.

-Pues, esta embarazada.

Los dos pequeños hicieron un gesto de asombro, eso explicaba porque tenía unos meses que Soos se iba temprano de la cabaña.

-P-Podríamos ayudarle...-insistió de nueva cuenta Mabel, con esperanzas, pero los dos gemelos mayores negaron con la cabeza.

Stanley se dio media vuelta y bajó la mirada. No quiso decir nada más. La discusión era solo de Mabel y Stanford. Ni Dipper quiso hablar.

-No, Mabel...-suspiro-Realmente deben regresar a Piedmont. Quizás las próximas vacaciones vayamos para haya, o ustedes vengan.

-¿Hasta navidad?-la menor había roto en lágrimas.

-Si chicos, lo sentimos.

-Esta bien, iremos a hacer las maletas.-pronunció rendido el castaño, muy serio y un poco frustrado.

-¡¿Que?! Mason, debes estar bromeando en aceptar regresar.-ahora su gemela estaba molesta, no podía creer que enserio se iban a rendir así de rápido.

-Mabel, ¡no me llames Mason!

-¡Sabes que yo te llamo así cuando estoy enojada!

-Chicos, tranquilos, nos veremos en Navidad.-interfirió Ford, tratando de calmarlos-No les costará ocultarlo un tiempo, solo son cuatro meses.

Stanley se dio media vuelta hacia ellos y miro a Stanford, molesto.

-¿No lo entiendes, Ford? Para el amor, ese tipo de cosas no van.-levantó la voz.

-¿Y tu que sabes sobre amor, Stanley?-replicó confuso, hasta aquel día, solo sabía que su hermano era un casanova, más no que alguna vez se había enamorado.

-Me he divorciado una vez, y me golpearon mas de lo que recuerdo, ¡así que yo tengo bastante experiencia en el amor!-contestó indignado.

Stanley se fue enojado hacia su habitación, dando un portazo.

-Lo siento niños, no tenemos otra opción.-suspiró con pesadez-Vamos a intentar hablar con sus padres en navidad, trataré de convencerlos de que estudien aquí, para que puedan seguir juntos con libertad.

-Está bien, tío Ford.-la más baja abrazó al mayor con fuerza.

Estaban hartos de ocultarlo.

Amor Secreto [Pinecest] #1 (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora