ElRubius. Una historia de amor.

Cap. 12

Y tal como dijo Rubén, nos reunimos allí todos. Esta vez más puntuales que nunca.

Estábamos los tres en un círculo, mirándonos unos a otros, nadie decía nada, solo había miradas. Hasta que tuve el valor de decir:

- Rubén, ¿ Para que querías hablar con nosotros?

+ Sí, quería deciros... - tragó saliva- Que me voy dos semanas a Málaga, voy a una quedada, y de paso iré a una fiesta que hay y a una expo.

De repente, mis piernas dejaron de temblar. " Que alivio, no se lo va a decir" pensé.

+ Y bueno, quería decíroslo porque es bastante tiempo, y como sois mis dos mejores amigos... - En ese momento, mientras Mangel miraba a otro lado, Rubén mi miró a mi y me guiñó un ojo.

Y ya que estábamos los tres, decidimos pasar la tarde juntos. Nos fuimos a un bar. Ellos seguían haciendo sus chorradas e incluso grabaron algunos " Vines" para Twitter.

Sin darnos cuenta, eran los doce de la noche, y yo al día siguiente tenía clase, así que les dije que me tenía que ir.

Rubius le dijo a Mangel que fuera yendo él a casa, que tenía que ir a una tienda a coger un ratón nuevo para el ordenador ( a un 24 horas, supuestamente), y de paso me acompañaba, que le quedaba de camino.

Cuando Mangel salió de nuestro campo de visión, Rubius me abrazó por el hombro con una mano mientras caminábamos. Era una imagen muy tierna. Suerte que era de noche y no se podía ver la roja que seguramente estaba.

Cuando llegamos a mi portal, nos quedamos mirándonos a los ojos, embobados. Él, rompió el silencio y dijo:

+ Aún no se lo dije a Mangel.

-  Ya me suponía.

+ Pero tenemos que hablar con él cuanto antes, cuando más tarde se entere será peor.

- ¿ Cuándo te vas?

+ En cinco días.

- Pues un día de estos, antes de que te vayas, se lo decimos.

+ Vale.

Nos dimos un abrazo de despedida, y cuando él se acercó a mis labios, a puntos de rozarse, me sonó el móvil, era mi madre, que estaba furiosa. Abrí la puerta y nos despedimos con la mano, ya que yo seguía hablando con mi madre, intentando calmarla.